-Buenos días- dijo Melody con sarcasmo. Al ver que todos continuaban mirándola atónitos prosiguió hablando ya que no pensaba pasearse por toda la clase para sentarse en su pupitre que se encontraba al fondo.
-He visto a piedras interactuar más que vosotros ¿sabéis?-
Nada. Nadie se movía, nadie hablaba, parecía que ni siquiera respiraban. La profesora irrumpió en el aula.
-Al parecer el director está ocupado en estos momentos. Dail, serías tan amable de acompañar a Melody a la enfermería.
-Claro, profesora.-dijo Dail. Dail era un chico de tez oscura, pelo castaño y unos grandes ojos azules. Aunque era bastante atractivo nunca fue popular, era un chico tímido aunque divertido y no le gustaba estar rodeado de mucha gente. Melody y él eran amigos desde pequeños ya que sus madres eran amigas en el colegio.
Salieron de la clase con Melody cogiendo su brazo. Llegaron a la enfermería que se encontraba vacía, lo que era bastante extraño, no había ni rastro de la señorita White que solía pasar el día allí tomando té o charlando con alguna otra profesora.
-Y... bueno... ¿Qué ha sucedido?- preguntó Dail sentándose en una de las camas. Melody lo imitó sentándose a su lado y se dispuso a contestar. Un nudo se formó en su garganta y notó como sus ojos se humedecían.
-Pues...- no podía decirle la verdad a Dail, aunque era su mejor amigo sabía que si se lo contaba todo pensaría que estaba loca.- Un perro me mordió.
Ya está, lo había hecho, había mentido a su mejor amigo, a la única persona que nunca la había fallado y siempre había estado a su lado.
-No te creo, pero como no me vas ha decir la verdad intentaré tragarme eso que acabas de contarme.- le dedicó una de esas sonrisas que solo ponía cuando estaban juntos.
-Gracias Dail, eres el mejor.- dijo Melody y le dio un abrazo.
-¿Qué tal si curamos esas heridas?-dijo el mientras se separaba de Melody lentamente.
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De la noche a la mañana
AdventureUn día Melody, una chica de pelo castaño y corta estatura, se ve involucrada en una pelea un tanto extraña mientras iba de camino a su colegio. Dos hombres harapientos de mediana edad peleaban brutalmente y se atestaban ¿mordiscos? el uno al otro ...