~CAPITULO 29~

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Narra Melody:
Caminé decidida en busca de la habitación de Tom. Me paseé por ahí durante media hora hasta que caí en la cuenta de que no sabía donde estaba la habitación de Tom.

Eso iba ha ser un problema.

Fui al comedor, a ver si con suerte se encontraba allí, pero como mi suerte es equivalente a la de un pingüino fucsia sin pies el comedor estaba desértico. Ni siquiera estaban las mesas.

Ahora mismo quería golpear a alguien y la única cosa que vino a mi mente fue mi queridísima plástica más fácil que la tabla del uno, no se por qué.

Entonces como si me hubiese leído el pensamiento mi querido Tom entró al comedor. Al parecer no me había visto y parecía querer que nadie notase que había entrado aquí así que yo, como buena amiga que soy, me escondí a espiarle.

~Narrador omnisciente~

Él simplemente se sentó en medio del comedor, mirando a la nada, y recogió sus piernas contra su pecho para apoyar la cabeza en sus rodillas.
Tenía una mueca de tristeza y sus ojos estaban vidriosos, su mirada perdida reflejaba dolor y miedo haciendo que Melody tuviese que contener las lágrimas.

Parecía un pequeño cachorro al que acababan de abandonar y observaba como su dueño, la persona a la que más había querido en el mundo, lo dejaba allí solo.

Su corazón se encogió al hacer esa referencia pero definitivamente cuando grandes lágrimas comenzaron a recorrer las mejillas de Tom su corazón se partió en mil pedazos.

En estas situaciones ella era simplemente inútil. Su única forma de hacer felices a los demás era haciéndoles reír con sus tonterías y locuras, ella no era inteligente, ella no era ingeniosa, ella era solo eso; Melody.

Mucha gente cuando se encuentra en problemas piensa "¿Qué haría la persona a la que tanto admiro?" Eso es simplemente estúpido. Tú no sabes cómo reaccionaría esa persona, lo único que queda es que hagas lo que tú harías. Por eso, prácticamente sin pensarlo, Melody corrió hacia el rubio y lo abrazó.

Hay momentos en los que uno no necesita reír, no necesita tener una sonrisa, solo se necesita a alguien que esté ahí para consolarte y darte su apoyo.

Al principio Tom se tensó pero poco a poco fue relajándose y le devolvió el abrazo a su pequeña amiga. Entonces Tom lloró, empapando la camiseta de Melody mientras ella trataba de aguantar las lágrimas.

Estuvieron así por diez minutos hasta que Tom dejó de llorar. Entonces Melody se armó de valor y se atrevió a preguntarle.

-Tom, ¿por qué llorabas? Sabes que puedes confiar en mí.-dijo Melody con la voz quebrada y las lágrimas picando en sus ojos.

-Y-yo... Solo...¿Melody está mal? ¿Está mal que cada vez que veo a una persona mi corazón lata a mil? Pero no cualquier persona, una única persona que hace que mis piernas tiemblen y mi cerebro no funcione correctamente. Que hace que todo se vuelva confuso, que logra que todo a su al rededor se vuelva invisible para mí...

Melody sonrió con ternura, puede que Tom fuese mayor que ella pero seguía siendo mucho más inocente de lo que  cualquiera habría pensado en un primer momento. Aunque en el fondo le asustaba preguntar y descubrir que esa persona no era Derek decidió arriesgarse y hacerlo.

-¿Quién es él?- dijo recalcando el "él" haciendo que Tom la mirase entre confuso y sonrojado.

-Creo que ya lo sabes...
-No, no lo sé.-sonrío ella con picardía.

Tom sintió como la sangre se acumulaba en sus mejillas mientras soltaba esas palabras que lo llevaba atormentando los últimos días.

-Derek... Creo que me gusta Derek.

Melody abrazó más fuerte aún a Tom mientras una gran sonrisa se formaba en su rostro. Tom se asustó por la reacción de la chica, digamos que en la sociedad no está muy bien visto ese tipo de relaciones y muchos menos en su casa, donde sus padres eran totalmente homofóbicos.

-¿Está mal?-preguntó aferrándose a Melody sintiendo como las lágrimas amenazaban con salir.

-¿Desde cuándo está mal el amar a alguien?

De la noche a la mañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora