De la noche a la mañana

~CAPITULO 4~

Melody y Erik no paraban de reír mientras sus dos amigos estaban rojos como un tomate.
-Deberían habérmelo dicho, hacen muy linda pareja.- decía entre risas Erik.
-Yo siempre quise ver pequeños Dails y Leyonitos correteando por ahí.-dijo Melody. Derek estaba rojo hasta las orejas, Melody al darse cuenta comenzó a reír todavía más; si es que eso era posible.
-Jajaja Derek ¿de verdad te lo creíste?-preguntó.
-Ah... emmm...-Derek intentaba buscar una respuesta pero fue interrumpido por Erik.
-¿Te lo estás pensando? DAIL,
DEREK PIENSA QUE ERES GAY,
OOOH POBRE DAIL, POBRE DAIL, DEREK PIENSA QUE ERES GAY, OOOH POBRE DAIL.-canturreó.
-Sois unos idiotas.-dijo Derek entre risas al comprender que solo había sido una broma.
Unos gritos sonaron a lo lejos, acompañados de gemidos de dolor y varias cosas golpeándose y arrastrándose. Entró una chica a la habitación, Sarah, la mejor amiga de Melody. Sarah era una chica pálida y rubia que tenía unos ojos totalmente grises. Estaba temblando y el terror se reflejaba en sus ojos.
-¿Sarah? ¿qué está pasando ahí fuera?-preguntó Melody con cierto miedo en la voz.
-Unas cosas rompieron las ventanas y... y empezaron a intentar comerse a la gente...- Sarah hablaba muy bajo, casi en un susurro, como si temiese que alguien (o algo) la escuchase.
-¿¡Comerse a la gente?! Eso es imposible.-dijo Derek.
Algo golpeó la puerta y empezó a girar el pomo. La puerta se abrió dejando ver a un hombre, si es que se le podía llamar así, con la ropa desgarrada y la piel cayéndosele a trozos. Le faltaba una parte de la cara, que dejaba ver perfectamente su mandíbula, y tenía varios cortes en los brazos.
Melody estaba petrificada, su cuerpo no se movía, pero al ver que esa cosa se acercaba a su amiga dispuesta ha hacerla daño, se levantó y con una patada lo echó de la habitación.
Cerró la puerta con pestillo y pidió que la ayudasen a colocar un escritorio delante de esta.
-Eso... ¿eso era un zombi?.-preguntó Erik al que le temblaba la voz.
- Eso parece.-contestó Dail aparentemente tranquilo.