Narra Melody:
Hace ya unos tres meses desde que Tom me confesó que le gustaba Derek, aún no son pareja pero creo que dentro de poco eso va a cambiar. Bueno, yo voy a encargarme personalmente de que eso cambie. La verdad es que aún siento algo por Derek pero es normal ¿no? Fue mi crush por años, sería ilógico que mis sentimientos desapareciesen de la noche a la mañana.
También han pasado cosas interesantes en estos tres meses, hemos estado dando clases para poder salir al exterior y saber cómo defendernos. Al principio era un desastre pero ahora creo haber mejorado bastante; teniendo en cuenta que cuando llegué a penas podía levantar una caja con más de tres libros y ahora soy capaz de vencer a la mayoría de mis compañeros en una pelea.
Salvo a Dail, a ese maldito no logro ni despeinarle. No sé cómo lo hace, puede que no sea un fideo pero tampoco es un chico musculoso.
De hecho ahora mismo me encuentro en mi habitación, tras haber sido derrotada por el maldito de mi mejor amigo.
Miro al techo, como buscando una respuesta al por qué no puedo derrotar a Dail, cuando he derrotado a chicos mucho más grandes, fuertes y mayores que él.
Unos golpes en mi puerta me sacan de mis pensamientos. Me levanto para abrir pero, gracias a mi gran maestría y elegancia, tropiezo con mis botas y caigo al suelo. Hoy definitivamente no es mi mejor día.
Oigo mi nombre al otro lado de la puerta y veo cómo esta se abre, lo que hace que me acuerde de que no la había cerrado con llave. Después de darme una bofetada mentalmente levanto la cabeza para encontrarme con unos ojos mirándome de forma burlona.
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Narra Leyon:
Acabo de terminar mi entrenamiento de hoy y, aunque no soy de los mejores del grupo como Mel o Dail, creo que soy bastante bueno. Las actividades físicas nunca han sido mi punto fuerte, digamos que el ejercicio que hacía antes de llegar aquí era el de mi clase de educación física y llevar varios libros desde la biblioteca a mi casa.
Bueno, y soportar a Melody cuando se termina un libro o un personaje que quería muere. Eso debería considerarse deporte de riesgo.
Sigo pensando en mis cosas cuando de repente siento un peso en mi espalda que hace que me tambalee.
-Leyon, mi amor, mi vida, luz que ilumina mi corazón y mi alma, mi querido chico soñado...- escucho en mi oído y reconozco inmediatamente la voz.
-¿Qué narices quieres Dail?
Él se baja de mi espalda y me mira divertido, pero al instante hace una especie de mueca que, supongo, pretende ser un puchero.
-Que mal me tratas. ¿Acaso ya no me amas? ¿Te has buscado a otra?-dramatiza mientras se lleva una mano al lado derecho del pecho.
-El corazón está al otro lado, imbécil.-le contesto.
Él mira su mano y la cambia de lugar para luego volver a mirarme. En serio, este chico es demasiado irritante.
-Leyon, ¿te ha visitado Andrés? Estás más gruñón de lo normal.-me pregunta y yo le miro confundido ¿Andrés?
-¿Quién narices es Andrés?-cuestiono y veo cómo una sonrisa burlona se forma en su estúpido rostro. Ay no, ya va a salir con sus tonterías.
-Ya sabes, Andrés, el que te visita cada mes.-dice intentando aguantar la risa y algo hace click dentro de mi cabeza. Este chico es subnormal.
-Tienes tres segundos para correr.
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De la noche a la mañana
AdventureUn día Melody, una chica de pelo castaño y corta estatura, se ve involucrada en una pelea un tanto extraña mientras iba de camino a su colegio. Dos hombres harapientos de mediana edad peleaban brutalmente y se atestaban ¿mordiscos? el uno al otro ...