~CAPITULO 31~

46 5 0
                                    

Narra Sarah:

Al parecer hoy es el día de ignorar a Sarah. Llevo media hora en la mesa mientras todos desayunan tratando de que alguien me preste atención, pero nada. Dail no deja de mirar a la mesa del equipo médico con cara de odio, Derek no ha levantado la vista de su plato, Leyon está con un libro así que lo mejor es no molestarle y Dan simplemente mira a la nada.

Luego está Erik, pero él no es una opción. No puedo hablar con él sin sonrojarme o titubear, no me apetece hacer el ridículo desde tan temprano.
Además Mel no ha bajado a desayunar, y eso es algo muy extraño, pero lo más raro es que Dail no ha ido a buscarla.

Es obvio que ha pasado algo pero nadie parece querer contarme así que lo mejor será que vaya yo misma a buscar respuestas.

Me levanto de la mesa y todos me miran. ¿Ahora sí que me hacen caso?
Les dedico una mirada de odio y salgo del comedor, en dirección a las habitaciones. Aún tengo algo de tiempo antes de las clases. Me deprimo con ese pensamiento ya que, a pesar de que no son clases normales, la mayoría son muy aburridas.

Llego a la habitación de Mel y llamo a la puerta. Ella tarda unos segundos en abrirme y cuando la hace tengo que ahogar un grito. Está horrible.

Tiene los ojos rojos y unas ojeras enormes. Sus labios están cortados y tiene la cara muy pálida. Por no hablar de su pelo, que parece un nido de pájaros.

-Hola Sarah...

Su voz es gangosa y ronca. Sea lo que haya pasado ha sido algo muy fuerte.
La tomo del brazo y entro en la habitación.

-A ver, quiero que me cuentes todo.

Ella me mira y me sonríe lo que hace que su cara cobre un poco más de vida, pero solo un poco.
Entonces comienza su relato. Me cuenta todo, desde su charla con Tom hasta el momento del malentendido, las reacciones de los chicos y como ella se había pasado la noche en vela, pensando en el asco de amiga que era.

-Bueno Mel, tú misma lo has dicho, fue un malentendido y lo podéis arreglar hablándolo. No te voy a decir lo de "déjales un tiempo para pensar" porque con eso solo la liarás más, lo mejor es que Tom y tú les expliquéis esta tarde.

-Tienes razón- suspira- solo me da miedo haber perdido a dos amigos por una estupidez.

La miro con cariño y la abrazo.
-No te preocupes. Además tú misma lo has dicho, son tus amigos, te escucharán y lo arreglareis todo. Ahora voy a traerte un café que tienes cara de muerta, vete preparándote para clase.

Mel asiente y se mete en el baño mientras yo salgo de la habitación. Voy bajando las escaleras cuando me choco con algo, o mejor dicho alguien.

-Lo siento Sarah, no te había visto.- me sonríe el pelirrojo haciendo que me sonroje.

-No te preocupes, ha sido culpa mía. -trato de sonreír para que no note mi nerviosismo y creo que lo consigo, porque sigue hablando conmigo como si nada.

-¿Sabes qué le pasa a los chicos? Están muy raros, no han hablado conmigo ni entre ellos durante lo que llevamos de mañana. Y luego tú te has ido así que me he quedado solo.

-Yo... Lo siento per...-trato de explicarle pero me interrumpe.

-Lo bueno es que ha venido una chica rubia y se ha sentado a mi lado, se llama Natt, era realmente guapa.

Oigo mi corazón, rompiéndose en mil pedazos. No soy una chica celosa pero vamos, esto pondría mal a cualquiera.

-Ah bueno... Yo me voy, iba a llevarle café a Mel.- soy capaz de decir antes de bajar corriendo lo que me quedaba de escalera.

Preparo una taza de café en la zona de descanso, se supone que es privada, solo para el equipo médico, pero al ser amigos de Tom tenemos esa pequeña ventaja.

Subo las escaleras corriendo, puede que demasiado deprisa porque tropiezo. Cierro los ojos y espero un golpe que nunca llega. Siento como alguien me tiene sujeta de la cintura.

Me pongo recta y me giro, dispuesta a darle las gracias a mi salvador, llevándome una sorpresa al ver de quién se trataba.

-Deberías tener más cuidado.-me dice Leyon sonriéndome.

-Sí, pero gracias a los cielos no se me ha caído el café.

Él enarca una ceja divertido y sonríe.
-Ya veo cuales son tus prioridades.

Río y le doy un beso en la mejilla. Él me sonríe mientras se despide y subo las escaleras. Cuando llego al cuarto de Melody abro la puerta empujándola, sabía que se le iba a olvidar cerrarla.

-Ya estoy aquí.- informo y me siento en la cama, esperando a mi amiga; quien sale del cuarto de baño a los pocos minutos. Lleva el uniforme que se nos asignó hace unos meses. Una camiseta negra de tirantes, unos pantalones cortos de estilo militar y unas botas negras.

No es un conjunto muy bonito pero tampoco voy a quejarme. La miro de pies a cabeza.
No está tan mal como cuando vine hace unos minutos. Tiene el pelo recogido en una coleta y sus ojos ya no están rojos, aunque sigue teniendo esas enormes ojeras.

-Vamos, que tenemos clase.-digo pasándole el café.

-Es verdad.-contesta y da un pequeño sorbo.- ¿Qué hora es?

Miro mi reloj y me quedó paralizada.
-Quedan dos minutos para entrar a clase.-respondo mientras noto como los colores se van de mi cara.

Y es que si éramos impuntuales a nuestras clases nos esperaba una tarde entera recorriendo a trote toda la base hasta desfallecer.

Mel tarda en reaccionar, pero cuando lo hace sale corriendo hacia el baño. Voy con ella y la veo mientras se pone sus lentillas a toda velocidad.

-Café o lavarme los dientes, café o lavarme los dientes.- murmura mientras se ata los cordones.-Da igual.

Veo cómo echa enjuague bucal a su café y se lo toma. Iugh.
Hace una mueca de asco y me agarra del brazo. Miro el reloj y veo con angustia como nos queda solo unos 50 segundos para llegar a la clase.

-No vamos a lograrlo.-digo con la respiración entrecortada mientras corremos.

-Por mis narices que lo logramos.-argumenta mi mejor amiga.-Vamos a tomar un atajo.

Se sienta en la barandilla de las escaleras y me hace un gesto. La imito y ella tira de mi, así que acabamos deslizándonos sin protección alguna por la barandilla. No me da tiempo ni a gritar, solo sé que de repente estamos en el suelo y Mel me arrastra hacia la zona de clases.

Miro el reloj y veo cómo quedan unos escasos 2o segundos. Se lo digo a la chica que corre delante de mí y ella solo aumenta la velocidad, aunque veo que está agotada.

Entramos al edificio y corremos hacia el final del pasillo donde se encuentra nuestro aula. Mel abre la puerta y ambas nos dejamos caer dentro.

Lo hemos logrado. Miro el reloj y justo en ese momento suena la campana que informa el comienzo de las clases.

Ambas nos dirigimos a nuestros sitios, agotadas y nos tiramos sobre las sillas.
Mi compañero es Erik, veo cómo me mira así que le sonrío.
Me mira con una mueca de ¿indignación? y vuelve a mirar hacia el profesor, ignorándome.

Extrañada busco a Melody, que se encuentra sentada junto a Dan. Veo que me mira y hace un gesto con la cabeza hacia Erik. Sé que ha visto la escena y sé a qué se refiere con ese gesto. ¿Qué narices le pasa ahora?

Niego y me encojo de hombros, dándole a entender que no tengo ni idea. Veo cómo va a contestarme pero se detiene cuando el profesor nos grita. Nos miramos y con un acuerdo silencioso decidimos dejar la conversación para más tarde.

De la noche a la mañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora