~CAPITULO 10~

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Melody salió de la enfermería empuñando una pequeña varilla de hierro, al menos si un zombi la atacaba tendría algo con que defenderse.
Los demás la siguieron en silencio mientras miraban hacia todos lados, aún era de día así que podían ver con claridad. Llegaron a la esquina en la que el día anterior Erik había presenciado aquella horrible escena.
-Iré yo primero.-susurró Melody mientras doblaba la esquina.
Lo que se encontró fue lo más espantoso que había visto un su vida, los cuerpos de sus compañeros dispersos por el suelo o apoyados en las paredes llenos de mordeduras, heridas y sangre. También pudo distinguir a varios de sus profesores y algún que otro militar.
-¿Melody?-preguntó Sarah preocupada mientras asomaba la cabeza.
-Sarah no mires.-dijo Melody con tono cortante.-Chicos tapadle los ojos y salid aquí.
Todos obedecieron, hasta Sarah, y cumplieron todo lo que su amiga les había ordenado.
Al salir al pasillo las caras de los chicos se transformaron en muecas de asco, dolor y repugnancia.
-Melody, ¿estás bien?-le susurró Dail al oído para evitar que los demás lo escucharan. Las mejillas de Melody se tornaron rojas gesto que hizo que su amigo tuviese que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no reír.
-Si, g-gracias.-contestó ella mientras agachaba la cabeza.
-¿Chicos, puedo mirar ya?-preguntó Sarah mientras se quitaba el pañuelo que Erik le había colocado. Sus ojos grisáceos reflejaron horror para más tarde volverse tristes y apagados.
-Creo que podríamos coger sus armas, es decir, dudo que las vayan a necesitar.-sugirió Derek mientras le quitaba una metralleta al cuerpo de un soldado que yacía en el suelo, sin vida.
-¿Acaso alguien de aquí sabe usar armas?-preguntó Erik mientras apoyaba su mano en el hombro de Sarah.
-Yo sé.-dijo Melody levantando su mano.-solía ir a cazar con mi padre y mi hermano...
Melody agachó la cabeza intentando retener las lágrimas que amenazaban con salir, el recuerdo de su padre y su hermano mayor había provocado que Melody se diese cuenta de que en estos momentos ellos podrían estar muertos.
-De acuerdo, yo creo que sabré apañármelas ya que mi padre era policía y me enseñó ha disparar.-habló Dail mientras se acercaba a recoger una pistola que se encontraba en el suelo.
-Estupendo, por ahora vamos bien, con que tres de nosotros sepamos disparar podremos defender a los otros.-dijo Derek dirigiéndose hacia el final del pasillo.
Melody recogió una revólver y un fusil de francotirador que se cargó a la espalda. Siguió a Derek hasta el final del pasillo mientras intentaba no pisar ningún cadáver, cosa que era prácticamente imposible ya que se encontraban por todas partes.
Llegó al final del pasillo, donde se encontraba Derek, y se quedó observando la puerta que daba al comedor.
-¿No creéis que es algo extraño que no haya ningún zombi?-comentó Dail mientras observaba los cadáveres con repugnancia.-Parece como si alguien los hubiese matado solo para que nosotros pudiésemos pasar sin problemas.
-No es momento de pensar en eso.-dijo Derek mientras abría la puerta del comedor.
Todos quedaron sorprendidos al encontrarse algo que nunca habrían podido ni imaginar.

De la noche a la mañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora