Just a game [loki y tú]

[01. Traición]

2012.

Ella sabía que algo no estaba bien desde hace días, Loki estaba distante, se mostraba frío y calculador, como cuando recién lo conoció, mientras ella y su hermano peleaban con él en Alemania.

Se había enamorado del dios del engaño, confió en el, contándole su pasado, sus traumas, miedos, alegrías, sueños, esperanzas, él hizo lo mismo con ella, y en cuestión de días eran dos jóvenes enamorados.

O eso creía ella.

Se había ganado la confianza de los vengadores, de Nick Fury, de toda la ciudad, incluso después de sus crímenes, lo unieron a ellos, como si fuera uno más, todo parecía marchar bien para ese momento, hasta incluso su hermano, Steven Rogers, estaba comenzando a aceptarlo.

Las cosas comenzaron a verse sospechosas cuando el pelinegro desaparecía por largas horas, cuando comenzón a observar a su alrededor a los demás, como si estuviese analizándolos, como si tuviera algo en su mente que ella no podía descifrar.

—¿Te pasa algo, Loki? —preguntó ella, tomándole el hombro— Te he notado algo extraño.

—Por supuesto que no, todo está excelente. —sonrió ladeadamente, atrayéndola a el, para así plantar un beso en sus labios.

Debió haber prestado atención a las señales, así no estaría en esta situación.

Loki había escapado de la torre, había matado unas cuantas personas y había hurtado el teseracto, para abrir un portal, de esta forma los Chitauri llegarían a destruir Nueva York.

No quería creerlo, pero estaba sucediendo.

—___, ten cuidado por favor. —advirtió Natasha a través de su comunicador.

—Descuida, Nat. Estaré bien.

Intersectó a el guardia que estaba en la entrada de la celda de máxima seguridad, derribándolo al suelo, allí noto a Thor, el dios del trueno, encerrado en la celda, mientras que Loki, el dios del engaño, estaba afuera de esta, en la cabina de control, al parecer pretendía arrojar a su hermano por los aires.

—Loki, basta —habló, ganándose la mirada de ambos dioses— No tienes que hacer esto. Dijiste que harías lo que fuera por mí, que cualquier cosa que te pidiera, lo harías —el pelinegro caminaba lentamente hacia ella, manteniendo una expresión neutral sobre la Rogers— Así que te voy a pedir que acabes con esto, podemos irnos, estar junt...

Sus palabras fueron interrumpidas al sentir como algo se clavaba por detrás de su espalda, atravesando su abdomen, cuando bajó la mirada, vio el cetro de Loki allí, enterrado en su cuerpo, luego volvió a subir, viendo la ilusión de el mencionado anteriormente desaparecer frente a ella.

—¡NOOOO! —gritó el rubio atormentado, golpeando el cristal.

El cetro fue retirado de su cuerpo, mientras caía al suelo, la sangre brotaba con locura en su recién hecha herida, observó al dios, que caminaba nuevamente a la cabina.

—Es una idiota, en verdad cree que la amé. —dijo burlón hacia su hermano, luego se giró a verla— Linda, sólo eras parte de mi plan, pero nunca pude sacarte provecho porque siempre fuiste tan correcta, tan digna de ser una Rogers... —murmuró con asco— Así que ya no me sirves.

Sintió las lágrimas llegar a sus ojos.

Cada beso, abrazo, cada noche juntos hablando sobre sus vidas, cada caricia y cada momento...

Todo fue falso para él, pero fue real para ella.

—Y-yo, yo t-te amaba... —musitó entrecortada y agonizantemente.

Escuchó la malévola risa de Loki resonar en sus oídos, para peor dolor, no sólo físico, sino emocional.

Tal vez estaba a punto de morir, pero ya había muerto en el momento en que descubrió la traición del pelinegro.