Mis clases comenzaron temprano como de costumbre, pero traté de poner lo mejor de mí ya que era viernes, lo que significaba que sábado y domingo iba a poder descansar tanto de la universidad como del trabajo. Mientras estaba de clase en clase, me crucé a Sophie en el pasillo y le pregunté que si ella le había pasado mi número a Derek, a lo que su respuesta me sorprendió ya que me dijo que no había sido así pero que no me alarmara pues Derek tenía sus contactos y que seguro lo sacó de internet o algo parecido. Sinceramente solo le había preguntado por curiosidad y por ser ella la que más pasaba el rato con él en las fiestas, pero al decirme la verdad supuse lo que ella me dijo, me buscó por internet y listo. Aunque siempre quedaría esa pregunta en mi cabeza, tal vez podía sacarme la duda el sábado. Había oído rumores de que se haría una gran fiesta en la casa de un niño rico de la ciudad, no escuché el nombre, pero enseguida me enteré les avisé a los chicos por mensaje.
Sábado, 7pm, fiesta en casa de niño rico. ¿Quién se apunta?
Todos vieron el mensaje al instante y comenzaron a contestar que irían, que pasarían por mi temprano como siempre y Lenna nos llevaría en su auto.
Perfecto, solo me quedaba saber que ponerme porque fiestas de ricos supone buena vestimenta, y sobrellevar el día de trabajo que se me venía encima. Sólo espero que el grupito de Derek no vuelva a presentarse ni armar líos por simple diversión. Aún no lo entendía, eran más grandes que yo y aun así las chicas se comportaban como niñas de quince años.
-Buenas tardes- me saludaron mis compañeros apenas entré al vestidor.
-Hola- contesté amablemente y me cambié de ropa. Por suerte la camisa ya estaba lavada y nadie se había enterado, o por lo menos no habían corrido la voz sobre el asunto del otro día.
-Escucha Sam- me frenó el señor Rodríguez a mitad del vestuario- hoy deberás atender la barra ya que una de tus compañeras ha enfermado y no puedo dejarla desatendida.- ¿Tragos? Yo no sabía hacerlos, por lo visto mi cara mostró nerviosismo porque mi jefe lo notó al instante.- Tranquila, sólo se sirve ron, whiskey, cerveza y mojitos ¿Puedes hacerlo?
-Claro- dije con una leve sonrisa pero con algo de miedo. La verdad es que no era muy concurrida la barra pero siempre cabía la posibilidad.
A suerte mía, sólo dos señores mayores se acercaron a pedir unos vasos de whiskey y nada más, el resto de la noche me la pasé o limpiando el mostrador o atendiendo dudas de los clientes tanto para decirles dónde se encontraba el baño como para cuestiones más administrativas que le avisaba a Rodríguez. Todo iba bien hasta que un chico, que reconocí apenas se acercó, vino hacía mi dirección y se sentó en las sillas que había allí.
-¿Qué desea señor?- lo conocía pero debía comportarme así con todos. Reglas del establecimiento.
-Un mojito por favor- apenas me di vuelta para prepararlo, noté que Derek se reía de algo.
-¿Qué te causa tanta gracia se puede saber?- dije de espaldas a él pero aun así atenta a lo que hacía y decía.
-El hecho de que me trates como un señor mayor.
-Bueno, son reglas que debo seguir, no es nada personal.-Le tendí el vaso con el mojito y me quedé parada frente a él.
-He tomado mejores- dijo mientras daba un sorbo a su bebida. Si no fuera porque estaba en hora laboral, hubiera agarrado el vaso y se lo hubiera vaciado en su cabeza.
-Puedes quejarte en el libro que está en la entrada- señalé hacia la puerta de ingreso alzando mis cejas.
-Tranquila, solo estaba bromeando.- nunca había visto a nadie terminarse un trago de la forma en la que él lo hizo.
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Adicta a ti - En Físico
Teen FictionSamanta Wills es una joven universitaria que ha llegado a San Francisco con la meta de obtener su título como Diseñadora. Sin embargo, su vida dará un giro inesperado tras conocer a Derek Sanders, el hombre del que todas sus amistades le aconsejan a...