Capítulo 20

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No tenía tiempo para volver a mis idioteces de niña de 15 años, ya era una adulta responsable que debía pensar en su futuro. Cogí mi mochila y me dirigí rápidamente a mis clases sin darle mucha vuelta al asunto de la droga, mientras nadie se entere no tengo por qué tener problemas.

-¡Por aquí Sam!- gritó Luna mientras agitaba su brazo izquierdo en el aire.

Las escaleras de ese auditorio me dejaban exhausta, necesitaba volver a correr de nuevo.

-Buenos días- dije mientras me sentaba a su lado y sacaba las cosas del bolso.

-Ya cuéntame más, ¿Qué tal el mundo de Derek y Sam?

Por su tono era más que obvio que se estaba burlando de mí. Ninguno me había dejado de hacer preguntas desde que empecé a salir con Derek.

-Ya basta, estamos bien.- ambas reímos y nos callamos automáticamente al ver que comenzaba la clase.

Todo marchaba bien hasta que mi teléfono comenzó a sonar. Por suerte lo había puesto en modo vibrador porque al ver quién era supe que no iba a poder explicarme si el profesor lo escuchaba. Era Bunny, asique corté de inmediato pero eso no solucionó nada. Los siguientes minutos no paró de llamarme, cosa que llamó la atención de Luna.

-¿Oye quién te llama tanto?- me susurró mientras miraba mi teléfono.

-No es nadie importante.

Para evitar cosas, lo apagué y me concentré en la clase. Luna ya había sospechado demasiado y temía que haya visto el nombre de Bunny en la pantalla. Digamos que si buscas su nombre en Google, aparece la noticia de mi internación, lo cual me traería una marea de preguntas que no quiero responder.

Al salir me despedí de Luna y corrí a mi habitación para llamar a Bunny y decirle que me dejara en paz, pero recordé que hoy debía ingresar más temprano al trabajo por lo que solo dejé mis cosas y me marché.

Hoy el bar estaba que estallaba de gente, asique mi jefe me puso a trabajar de mesera y bartender como si fuera poco. Nunca en mi vida había armado un trago asique prendí Youtube en mi móvil y a cada trago lo buscaba y seguía las instrucciones. Por lo visto lo hacía bien pues la gente no se quejaba.

-Oye Sam, mesa 15, quieren 6 mojitos y un whiskey.- Uno de mis compañeros se acercó a darme la orden y rápidamente contesté a ella. Esto me traería unas buenas propinas que necesitaba si quería mudarme sola.

-Buenas noches, 6 mojitos y un whiskey como lo ordenaron.

-Muchas gracias princesa.

Al escuchar aquella voz todo mi cuerpo comenzó a temblar. Levanté la mirada y los vi. Bunny y su equipo estaban sentados en la mesa que me tocó servir. Sabía que me tenían rastreada pero no me esperaba esto.

-¿Qué carajos haces aquí?- le susurre a Bunny

-Oye compórtate o sino no te daremos propina- Era la persona más egocéntrica e hija de puta que jamás había conocido. Tenía esa mirada de superioridad que me hacía hervir la sangre de enojo.

-Ya cumplí mi parte del trato, ya déjame en paz.

-Tranquila.

Se abalanzó sobre mí y me cogió del brazo para hablarme directamente al oído.

-Sabes que no te haría daño princesa, además tengo más trabajo para ti.

Me solté de su agarre con brutalidad y le escupí la cara.

-Con lo que hice fue suficiente, búscate a otra princesa. Dónde me vuelvas a contactar te denuncio.

Sabía que quería llorar asique me largué de allí y me fui corriendo al baño tratando que nadie me viera. Solo con cerrar la puerta a mis espaldas mis lágrimas comenzaron a caer por mi rostro sin parar. Tantos años rehaciendo mi vida para que este hijo de puta vuelva a aparecer. Tenía que decírselo a mis padres, necesitaba su ayuda. Cogí el móvil y marque el número.

-¿Papá?

-Hija, que sucede, ¿por qué lloras?

-Papá, Bunny ha vuelto, no para de seguirme.

Mi llanto era cada vez peor.

-¿¡CÓMO?! MALDITO HIJO DE SU MADRE.

De fondo escuché como mi madre preguntaba que sucedía y mi padre hablaba con ella. Yo solo quería largarme de allí.

-Escúchame hija, necesito que te calmes.

-¿Cómo quieres que lo haga? Ya no puedo más.- caí rendida al piso tratando de calmarme.

-Tu madre acaba de avisar a la policía y se encargarán de ponerle una orden de restricción. Trata de no andar sola e imprime la orden que se ha mandado al mail. La próxima vez que lo veas le muestras eso.

-Papá sabes que eso no lo frenará.

-Lo sé pero es lo único que podemos hacer. Donde se acerque y te siga molestando llamas a la policía y ellos lo arrestarán.

-Okey, trataré de hacer lo mejor que pueda. Gracias.

-No tienes que agradecer nada, ahora renueva tus aires y olvídate del asunto.

Me despedí de ellos, me lavé mi cara y le pedí a mi jefe retirarme antes con la excusa de que no me sentía bien. Él accedió y rápidamente me fui a mi residencia. En el camino no paraba de pensar en lo sucedido. Sabía que la orden no lograría nada, debía enfrentarlo de alguna forma pero ya pensaría bien en el plan.

Cuando entré a mi habitación me encontré con mis amigos sentados con cara de enojo y preocupación a la vez. << ¡Mierda!>> pensé, Luna de seguro había visto el nombre.

-Sam, tenemos que hablar- Logan se paró, tomó de mi brazo y me hizo sentarme entre ellos.

-Sabemos de Bunny y de tu internación- soltó Sophie

Lo sabía.

-¿Por qué no nos habías dicho nada?- preguntó Lenna casi en un tono que usaría mi madre.- Si no fuera porque Luna vio quién te llamaba, quien sabe que te hubiera pasado.

-Lo sé, lamento no haberles dicho nada sobre mi pasado, pero no quería que me vieran como una víctima. Necesitaba comenzar mi vida de cero.

Solo miraba mis manos moverse y entrelazarse entre ellas. Me sentía muy avergonzada.

-Sabes que te hubiéramos comprendido. Somos tus amigos y no vamos a juzgarte, solo queremos que estés bien- Logan se arrodilló frente a mí y levantó mi cabeza para poder mirarlo.

-Se ha aparecido en mi trabajo.

-¡Maldito drogadicto!- grito Daniel.- ¿Te ha hecho algo?

-No, solo me amenazó con tenerme controlada.

Mientras todos maldecían y armaban un plan para detenerlo, imprimí la orden. De repente escuché algo con matarlo y eso hizo que pusiera un alto.

-Nadie va a matar a nadie, él es demasiado peligroso, déjenmelo a mí que sé cómo lidiar con él. Por el momento esto tendría que ayudar- les mostré la hoja.

-Okey, pero no puedes darnos la espalda. Si tienes problemas nos avisas... ¿tenemos un trato?- Luna se cruzó de brazos y todos la siguieron.

-Okey, lo prometo.

Necesitaba descansar por lo que los eché a todos. Cuando iba a cerrar la puerta Lenna se acercó a mi oído y me susurró algo que no quería escuchar.

-Debes decírselo a Derek.

Era a la única persona que no quería contárselo porque sabía cómo reaccionaría asique solo me limité a contestarle con una sonrisa y prácticamente cerré la puerta en su rostro. Mis ánimos estaban por el piso, necesitaba dormir y que el día se pasara como si nada hubiera ocurrido. Por supuesto esa noche me esperaba tener pesadillas. Medité un buen rato antes de acostarme con la idea de que eso colabore a poder dormir mejor, aunque por precaución decidí dejar la luz de mesita prendida. Era una mierda vivir así pero si sobreviví una vez, lo haría dos.

Adicta a ti - En FísicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora