Al despertarme Derek seguía profundamente dormido. Las vacaciones habían acabado ya y un nuevo semestre empezaba.
-Derek- dije suavemente mientras le daba un suave beso en sus labios rojos como una manzana.
Él se escurrió entre mis sabanas y gruñó en la almohada.
-Derek debo irme a clase, solo quería avisarte eso.
Tomé mi bolso y me di media vuelta hasta que una voz dormida me hizo retroceder.
-¿Ya entras o tienes tiempo para un desayuno?
Mientras se incorporaba, se frotó la cara para poder despertarse por completo. En unos instantes nuestras miradas se encontraron y pude sentir como el calor me consumía por completo. ¿Tan jodidamente hermoso iba a ser, incluso recién levantado?
-Bien, cámbiate y vamos a desayunar- dije esbozando una pequeña sonrisa.
Ambos nos sentamos en la cafetería con nuestros pedidos. Yo con mi café con leche y una medialuna y él con un café negro como la noche y un sándwich de jamón y queso. Ninguno dijo una sola palabra y yo me dedique a examinarlo de arriba abajo. Llevaba puesto lo mismo que usé yo al irme de su casa lo que me permitió devolverle su ropa a tiempo, su cabello estaba despeinado y sus ojos aún hinchados por el sueño.
-¿Tienes clase?- le pregunté dando un sorbo a mi café.
-Hoy no, debo ir a atender unos asuntos.
Una vez que habíamos terminado, nos despedimos con un apasionado pero dulce beso y me fui directo a mis clases.
***
El resto del día permaneció igual que siempre, clase tras clase y luego ir a trabajar. Para el final del día me encontraba tirada en mi cama agotada de pies a cabeza. Decidí tomar un baño de burbujas para relajarme asique me levanté y preparé la bañera. Cinco minutos más tarde me encontraba sumergida en una paz incontable, música relajante de fondo y un penetrante olor a rosa. Mi madre me había regalado una bola de baño que al tirarla al agua se disuelve dejando unas sales con olor a rosa que te relajan el cuerpo como si no hubiera un mañana. Apoyé mi cabeza en la pared y dejé que la relajación se apoderara de todo mi cuerpo. Poco tiempo después mi celular sonó. Era un mensaje de Derek.
Un amigo dará una fiesta en la playa Funston Beach, paso por ti en dos minutos.
Mierda, estaba completamente relajada y ahora debía cambiarme para salir. Mis ganas no eran las mejores, había tenido un día de locos pero salí rápido y me puse mi traje de baño enterizo color amarillo con un jean mom, unas converse blancas y me llevé un buzo negro por si hacía frío. Tal y como lo había dicho, dos minutos más tarde Derek estaba abriendo la puerta de mi habitación mientras yo terminaba de atar mis tenis.
-Wow- su cara estaba completamente en shock
-¿Qué?
-Nada, solo que ese traje de baño te queda perfecto.
Puse mis ojos en blanco y tiré de su mano para irnos de allí.
Al llegar, Derek estacionó el auto cerca de un camino de arena y troncos que llevaban a una hermosa playa con fogones, carpas y gente bailoteando. Muchos se iban a quedar a pasar la noche mientras que nosotros, como otros, solo íbamos a pasar un buen rato para luego marcharnos.
-¡Hey Derek, por aquí!- unos de los chicos le hizo seña para que nos uniéramos a ellos.
Eran un montón de muchachos parecidos a Derek con sus chicas o novias sentados alrededor de una fogata inmensa. Nos sentamos en uno de los troncos que había libres y una de las chicas nos pasó una cerveza a cada uno. Aunque no quería estar allí, disfruté mi bebida como nunca. Por lo que pude escuchar, eran amigos de Derek desde pequeños y la idea era que cada uno vaya o con amigos o con sus parejas a pasar la noche antes de que algunos de ellos viajaran de nuevo a otros países. Eran mochileros y estaban de pasada por San Francisco.
-¿No nos vas a presentar a tu amiga?- Uno de los muchachos asomó su cabeza para mirarme.
-Ella es Samantha Wills.- Derek posó su mano en mi pierna y le dio un sorbo a su lata de cerveza.
-Gusto en conocerte.- dijeron todos al unísono y yo hice un pequeño gesto con mi cabeza a modo de presentación.
Si bien yo estaba de más, me uní a su charla de trivialidades, juegos como verdad o reto hasta que cada uno se fue con sus acompañantes y solo quedamos Derek y yo a solas.
-Ven, quiero mostrarte algo.
Derek tomó de mi mano y me empujó con él por un sendero lleno de plantas y arena que conducía hacia un acantilado con vista al mar, y a la gran luna llena que había esa noche. Al llegar me quedé completamente boquiabierta, esa vista era de ensueño.
-Y... ¿Qué tal?- Derek me abrazó por la cintura y apoyó su cabeza en mi hombro quedando ambos con la vista frente al mar.
-Es increíblemente hermoso.
-Igual que tú.
Me giré para quedar frente a él y lo bese con todas mis ganas que guardaba desde que lo había visto llegar a mi cuarto. Él me siguió el paso y al cabo de cinco minutos ambos estábamos sentados en el suelo arenoso, yo por encima de él. Nos miramos fijamente a los ojos y con nuestros labios apenas tocándose, comenzó a subir sus manos por mis piernas hasta quitarme el pantalón que llevaba puesto.
-Solo quiero sentir tu cuerpo en mi- su respiración sonaba entrecortada y volvió a besarme.
-Si lo quieres, entonces tenlo- comencé a quitarle su camiseta y me detuve a observar ese cuerpo fenomenal tatuado que tenía.- No desperdiciemos el tiempo y abrázame.
Rápidamente tomó mi cuerpo y lo puso pegado al suelo arenoso mientras él se posicionaba por encima de mí.
-Podemos mantener esto entre nosotros, no tiene que saberlo nadie lo que está pasando si quieres.- dije con nerviosismo.
La verdad es que no sabía si él quería que todo esto se supiera y solo quise aclararle que no me importaba, si quería que solo fuera un secreto nuestro, lo sería. Él se frenó y me miró a los ojos, se podía notar su deseo y pasión.
-Me encanta abrazarte, esta noche y siempre, me encanta despertarme a tu lado Sam.
-Nunca me atreví a conocerme en su totalidad hasta que llegaste tú Derek Sanders y mi mundo se puso patas arriba.
Derek me dio un suave beso en la punta de mi nariz y se acostó a mi lado mirando ambos el gran cielo estrellado que teníamos encima de nosotros. Estuvimos un par de horas charlando sobre constelaciones y de ponerle incluso nuestros nombres a una estrella hasta que decidimos volver y unirnos a la fiesta. Ya para las seis de la mañana cuando el sol comenzaba a asomarse, nos quedamos abrazados viendo el hermoso amanecer y luego marcharnos de allí.
En el trayecto hasta mi residencia, solo nos dispusimos a escuchar el sonido de los pájaros y el tráfico mientras mi mano se encontraba entrelazada con la suya a pesar de que debía usar ambas manos para manejar.
-Gracias por venir conmigo.
-No hay de qué, gracias a ti por invitarme.
Nos besamos cálidamente y me dirigí de nuevo a mi habitación. Aún no podía creer que había pasado la noche con Derek y que me haya dicho todas esas hermosas palabras. Este chico me volvía loca y me hacía sentir cosas que nunca pensé que sentiría. Mi madre una vez me dijo << si te sientes como en casa, es el indicado>> Con Derek me sentía así, a salvo y protegida como en casa.
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Adicta a ti - En Físico
Dla nastolatkówSamanta Wills es una joven universitaria que ha llegado a San Francisco con la meta de obtener su título como Diseñadora. Sin embargo, su vida dará un giro inesperado tras conocer a Derek Sanders, el hombre del que todas sus amistades le aconsejan a...