REENCUENTRO [ZAYN MALIK]

CAPÍTULO 6

(NARRA GATO)

Entro a mi habitación y bufo al verla acostada con los dos tobillos vendados. Cuando la he visto saltar la puerta casi me coge algo, porque sabía que se iba hacer daño, como le dije, es un animal, ¿A qué persona del mundo se le ocurre saltar una puerta que es más alta que un muro?

—¿Qué es lo que tiene? —pregunto entregándole el dinero al médico.

—Esguince, pero ha tenido mucha suerte de no romperse los tobillos, porque le ha faltado poco —la miro y frunzo el ceño —Tendrá que estar como dos o tres semanas en reposo, yo volveré para revisarla —asiento con la cabeza y lo acompaño a la puerta.

—Gracias por venir, nos vemos —me doy la vuelta y entro a la habitación —Estarás contenta, ¿No?

—Contento debes estar tú al verme así, no me mataste, pero mira que conseguiste con tus estúpidas amenazas —cruza sus brazos mirándome de arriba abajo con aburrimiento.

—Es que dudo de ti, y de todo lo que me dijiste, así que te quedarás aquí, aunque pasen las tres semanas, y te irás cuando te lo diga.

—Al menos me darás una habitación, ¿No? Porque no estás ni tibio si piensas que voy a dormir en esta cama —dice con asco.

—Bueno, como no puedes levantarte y si a mí no me da la gana de llevarte a otro cuarto, pues te quedarás aquí —me siento en la cama y miro sus tobillos.

—Como te he dicho, no estás ni tibio si te piensas que me voy a quedar aquí.

—¿Y cómo piensas irte?

—¡Ja! Pues arrastras si es necesario —rueda los ojos y sonrío. No sé qué tiene esta chica que me hace ser otra persona, esa persona que he sido siempre, antes de que me metieran en este mundo —¿Qué miras con esa cara de muñecón engreído? —ruedo los ojos y me levanto de la cama —¿Dónde vas?

—Lejos de ti.

—¿¡Y qué voy hacer aquí sola!? —exclama. La miro y veo como intenta bajarse de la cama, tal y como había dicho, arrastras.

—¿Qué haces? —la paro y la pongo bien en la cama —¿Quieres dejar de comportarte como una niña pequeña? ¿No has tenido suficiente con comportarte como un animal al saltar la puerta?

—Lo volvería a hacer con tal de no verte la cara de estúpido que tienes.

—Pues esta cara de estúpido te hace volar con tan solo un beso —me mira enseriada, sin hacer ningún movimiento, la miro fijamente y veo como empieza a sonreír.

—¡JAJAJAJA! No seas tan estúpido, ¿Te piensas que tus besos me provocan algo? Si pareces un pez besando —dice sin dejar de reírse —Ay por dios, no sé qué te piensas...

—Tranquila, ya me los pedirás, y si no lo haces mejor, porque pareces un besugo besando.

—Ten argumentos para defenderte y no uses los míos —me doy la vuelta y salgo de la habitación para dejarla sola, porque si me quedo un segundo más, la tiraré por la ventana —¡Hey muñecón engreído y estúpido, tráeme a alguien para no aburrirme! —grita.

—Pipe por favor, manda a un escolta arriba a la habitación para que la estúpida esa insoportable no se aburra —me siento en el sofá y cierro los ojos para intentar relajarme, pero con esa loca allí arriba no puedo —¡Cállate ya! —exclamo irritado.

—¡No me sale del culo! —abro mis ojos como platos y me levanto del sofá rápidamente.

—¡Pipe!

—Que sí, ya va uno de los nuevos.

—No mandes a nadie, déjalo, ya se cansará de gritar —asiente con la cabeza y se va.