(NARRA ABIGAIL)
Pone su mano a un lado de mi cuello y me acerca a él poco a poco. No me niego, sé lo que quiere hacer y yo también. Quiero besarlo, abrazarlo e incluso podría asegurar, que siento muchísimo deseo y atracción por él.
—¿Puedo? —pregunta a escasos centímetro de mi boca.
—Por favor —sonríe y me besa. Suave y lentamente, con cariño, con ternura. Como si tuviera miedo de romperme, pero es un beso completamente diferente al que nos dimos en la discoteca.
Me coje de la cintura y me pone ahorcajadas encima de él, pasa sus brazos por mi cintura y me acerca más a él, profundizando el beso. Pongo mi mano en su nuca y lo acerco a mí. Nuestros labios se acoplan a la perfección y su lengua invade mi boca. Ahogo un gemido al sentir como empieza a excitarse y su amigo empieza a cobrar vida, haciéndose notar en mi feminidad, ya que llevo un jersey largo hasta un poco más arriba de las rodillas, y mi ropa interior.
Me acomodo mejor encima suya y jadeamos al sentirnos tan cerca, empiezo a moverme suavemente en su pequeño y abultado miembro, gimo cuando aprieta mis caderas a su entrepierna. Noto como su miembro va creciendo cada vez más debajo de mí, y siento que, en algún momento, romperá la tela de su pantalón de lino.
Nos separamos y nos miramos con nuestras frentes juntas. Me quita de sus piernas y se levanta. Lo miro confundida. ¿Se va? ¿Así sin más? Me levanto y veo como empieza a alejarse de mí, pero para en seco, se gira y me mira. Niega con la cabeza y yo lo miro con tristeza y confundida. Pero esa tristeza desaparece cuando empieza a caminar en mi dirección a grandes zancadas, así que, sin pensarlo dos veces, corro hacía él, y enrollo mis piernas en su cintura. Besándonos y olvidándonos de donde estamos y con quien. Empieza a caminar y yo escondo mi cara en su cuello para que mis compañeros no vean nada, ya que están en la entrada y nosotros en la parte de atrás de la casa.
Entramos en casa y me baja para subir las escaleras. Él va delante de mí sin soltar mi mano, subimos y veo como me lleva a la habitación. Abre la puerta y me da paso, entra él después de mí y cierra la puerta detrás suya, con seguro. Me apoyo en la pared y me acorrala, poniendo una mano en mi cintura y la otra en la pared.
—No sé qué me estás haciendo, me estás cambiando, me has movido el piso de una manera que ni yo mismo entiendo —murmura cerca de mis labios. Paso la lengua por ellos y sonrío —No lo hagas.
—¿El qué? —pregunto sin entender.
—Pasar la lengua por los labios y sonreír de esa manera tan inocente —paso mis manos por su cuello y al sentir sus manos en mi culo, doy un salto y enrollo mis piernas en su cadera. De nuevo.
—Necesito volver a besarte —murmuro. Miro sus ojos, los cuales brillan, y miro sus labios, un poco gruesos y rosados, los cuales están un poco hinchados por el beso de antes.
—No me lo digas, solo hazlo —corto la poca distancia que hay entre nosotros y lo beso, como antes. Lento y suave, sin prisa, pero sin pausa.
—Aah... —jadeo al sentir como presiona con fuerza su abultado miembro en mi feminidad —Siento que estarás bien dotado —sonrío y lo vuelvo a besar.
—No te lo puedes ni imaginar —sonríe y me mira a los ojos -mido 1,75, tengo pies grandes, manos grandes... ¿Qué quieres que te diga? —aferro mis piernas a su cadera y sonrío al escuchar como gruñe.
—Eso leí en un libro, no sé si sea verdad lo que leí y lo que me dices, nunca he comprobado eso, bueno, más bien, nunca me he fijado en los pies, las manos, la altura y si coincide con el tamaño del miembro —trago saliva al sentir mucho más su miembro, ya que ahora solo está en bóxer —Oh joder... ¿En qué momento te has quitado el pantalón? —sonríe y presiona más. Gruño y apoyo mi cabeza en la pared.
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REENCUENTRO [ZAYN MALIK]
FanfictionUn secuestro que separó unas vidas. Él, el narcotraficante más buscado de España. Ella, una guardia civil muy reconocida y con un nuevo caso. Atrapar a Gato. Él no aprecia y no quiere a nadie, solo a su morena. Ella, con un solo objetivo, encontrar...