CAPÍTULO 22

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(NARRA ABIGAIL)

Viernes seis de junio.

Termino mi desayuno; recojo mi plato y mi taza para ponerlo en el lavavajillas, una vez dentro, apoyo mis manos en el banco de la cocina y bajo mi cabeza con los ojos cerrados.

Hoy era el día, el día de entregar a Zayn y a Pipe, y sinceramente no puedo, no tengo las fuerzas y el valor suficiente para hacerlo, son muchos años sin tenerlo a mi lado, sin verlo, con pensamientos negativos hacia él estos veintisiete años.

Abro mis ojos al sentir unos grandes brazos rodear mi cintura, los miro y sonrío con tristeza. Me doy la vuelta para mirarlo y sin aguantar más me pongo a llorar mientras lo abrazo con fuerza, porque lo voy a echar de menos.

—Tranquila —susurra besando mi cabeza y acariciando mi pelo, mientras que su otro brazo me rodea la cintura —Ya sé que hoy es el día, pero es tu trabajo y Pipe y yo nos merecemos esto —lo miro y limpia mis lágrimas con sus pulgares.

—Pero si no os hubieran metido en este mundo...

—Mi abuela siempre me decía, que las cosas siempre pasan por algo o para algo —dice marcando la palabra por y para.

—Pero esto es diferente —bajo la mirada y miro nuestros pies —Tengo que decirte algo...

—¿El qué? —lo miro y trago saliva.

—Ribas o uno de sus hombres, fueron los que me dispararon en la pierna cuando te secuestraron —su cuerpo se tensa y mira a un punto fijo detrás de mí. Pongo mis manos en su pecho y lo acaricio para que se relaje —Por eso, aquel día en el sótano le hice tantas cosas, por lo que me hizo y por lo que te hizo.

—¡Maldito hijo de perra! —gruñe. Pone su mano derecha en mi barbilla y levanta mi cabeza para que lo mire —Ese malnacido estará pronto entre rejas, voy a negociar con tu jefe —me separo de él y lo miro sin entender.

—¿Cómo que negociar? Zayn, ¿Qué pretendes hacer? —inquiero con mi ceño fruncido.

—Les conté a mis otros amigos, los otros narcotraficantes, todo lo que está pasando y me hicieron una propuesta —me alejo unos metros de él y me siento en el banco mirándolo fijamente —Ellos no nos harán nada, pero quieren que Pipe y yo entreguemos a Ribas y a su hijo.

—¿Y por qué? —no entiendo nada. ¿Por qué querrían entregar a un narcotraficante tan conocido y bañado en dinero?

—Lo que te intentó hacerte a ti...también lo intento con las mujeres e hijas de ellos —abro mis ojos como platos y cubro mi boca con mis manos.

—¿Y por qué no lo mataron cuando se enteraron? ¿El hijo de Ribas también lo intentó?

—No lo han podido matar, porque el muy imbécil siempre se escapaba y se escondía una temporada antes de que ellos se enterasen, y sí, su hijo hacia esas cosas también —no puedo dar crédito a lo que estoy escuchando, esto tiene que ser mentira. Bueno, siendo Ribas es verdad, pero ¿el hijo? ¿seguir los mismos pasos que el padre?

—¿Y cómo vas a hacer para negociar? —coge una bocanada de aire y se pone entre mis piernas, dejando sus manos en mis muslos.

—No lo tengo claro al cien por cien, pero voy a hacer esa propuesta.

—¿Y seguiremos en peligro ahora y después cuando salgáis de la cárcel? —niega. No entiendo ni una mierda de todo esto —Zayn, de normal cuando detenemos a un narcotraficante, los otros intentan acabar con él, ¿por qué ellos no lo harán? ¿cómo estás tan seguro? —escupo rápido.

—Como te he dicho, son amigos, y hasta día de hoy, hemos hecho las cosas bien, no hemos tenido ningún problema, y ellos cumplen lo que dicen.

—¿Amigos? Eso no son amigos Zayn...

REENCUENTRO [ZAYN MALIK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora