30 - Era inevitable

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Esta historia tiene más Bokuaka que Kuroken ptm JAJAJAJA.
En fin, eso se arregla en el siguiente capítulo. Por ahora disfruten de mucho amor.

Paz, tranquilidad, silencio y armonía. Eso era todo lo que alguna vez quise en mi vida. Soñaba con encontrar a alguien con los mismos ideales...

No creo que eso me haya resultado muy bien.

Lo busqué tanto y nunca salió bien. Me fueron infiel, fui el amante sin saberlo, me rompieron el corazón sin piedad una y mil veces más. Era yo quien daba el 100% de mí y no recibía nada a cambio.

Supongo que me cansé después de graduarme de la preparatoria y ver a mi casi novio besarse con otra chica.

Decidí olvidarme del amor durante la universidad y me propuse enfocarme en mis estudios.

Inicié mi primer semestre con el pie derecho y sin muchos dramas. Mi eterna expresión de indiferencia me fue útil para espantar el amor y mis pocas habilidades sociales me alejaron de malas amistades.

No necesitaba a nadie y me sentía bien con la simple presencia de Haruki Komi. Él era un año mayor que yo, pero tras tomarse un año sabático terminamos en el mismo grado.

Creí que mi vida universitaria sería tranquila tomando en cuenta el primer semestre... de nuevo, eso no me resultó muy bien.

Fue a inicios de mi segundo semestre. Decidí tomar una clase optativa que no tenía ninguna relación con mi carrera. Diseño gráfico.

Elegí esa clase porque siempre fue algo que me interesó y quería intentarlo al menos una vez en la vida. Estaba algo emocionado y realmente estaba listo para aprender.

Mi felicidad y entusiasmo sobre la clase se vino abajo ante la presencia de un sujeto ruidoso y demasiado energético para mi gusto. Siempre haciendo ruido en clase, distrayendo a los demás e interrumpiendo la clase como si no hubiera un mañana.

Al principio intenté ignorarlo, pero dicha tarea se me hizo imposible cuando comenzó a seguirme a todos lados.

- ¡Akaashi! ¡Akaaaaaaaashiiiiiii! - gritaba todo el tiempo.

Comencé a odiar su voz y con simplemente verlo cerca mi humor empeoraba. No importó cuántas veces Komi quiso decirme que era un buen tipo en el fondo, yo definitivamente no lo soportaba.

Huía de él todo el tiempo y me negué en cada ocasión que el chico me invitaba a salir. Pero él nunca se rindió y debo aplaudirle que realmente nunca fue un acosador.

- ¡Akaashi! - lo volví a escuchar mientras trataba de estudiar. En cuestión de segundos ya estaba sentado frente a mi siendo una bola de energía.

Ese día fue realmente estresante y, aunque en parte él tenía la culpa, nada puede justificar lo que dije.

- ¿Puedes callarte? - dije con evidente molestia -. Estoy cansado de ti y tu insistencia. ¿Qué necesitas que diga para que te alejes de mi? Me molesta tu falsa felicidad y tu ilimitada energía. ¿No puedes actuar un poco más serio por lo menos una vez en tu vida? Ya estás en la universidad. Compórtate.

Intenté ignorar a mi consciencia cuando esta me dijo que fui bastante cruel. No me fue posible cuando noté lo callado que el chico finalmente estaba y el movimiento nervioso de sus manos.

- Yo... lo siento - habló en una voz tan baja que me sorprendí al saber que provenía de él -. En realidad lo lamento, es que yo... supongo que es la costumbre de intentar alegrar el ambiente - se encogió de hombros y una sonrisa triste se dibujó en sus labios.

- ¿Por qué tendrías que alegrar el ambiente? No eres un payaso - no pude evitar preguntar.

Y bueno, recordando lo que alguna vez le dije a Kenma, no puedo decir que fue una mentira, pero tampoco fueron sus palabras exactas. Esas palabras fueron las que dieron inicio a que yo me enamorara perdidamente de Bokuto Koutaro.

¡No me toques! - KurokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora