Mucho texto. Espero les guste.
Mi nombre es Kagome Akiko y tengo 23 años. Tengo un puesto sorprendente en la empresa NekoGames, me llaman prodigio debido a mis logros y soy una afortunada por la herencia que alguna vez estará en mis manos.
Eso es lo que dice el mundo de mi, pero nadie sabe el infierno que viví para llegar a donde estoy. Ni siquiera saben que el infierno continua y no tengo una salida. Para el mundo ser una parte de la familia Kagome es todo un privilegio, pero no tienen ni la más mínima idea del horror que es para mí ser parte de esta familia.
Crecí en una mansión enorme y vacía. Mis padres nunca estaban y habían otras personas encargadas de cuidarme. Crecí rodeada de lujos y excentricidades, pero me faltaba mucho amor y cariño. Mi padre era un señor ausente por el trabajo y mi madre me odiaba. Tampoco fui a la escuela hasta preparatoria, tuve tutores privados que se encargaron de llenarme la cabeza de temas demasiado avanzados para una niña.
Estaba aislada del mundo externo pues las únicas salidas de aquella mansión era cuando había alguna fiesta pretenciosa y debía fingir ser parte de una familia amorosa y perfecta. Tenía tan solo 7 años cuando huí de casa.
Corrí por las calles sintiendo el viento golpear contra mi rostro y admire la belleza del mundo por primera vez. No se por cuánto tiempo corrí, pero no me canse durante largo rato debido a la energía almacenada en mi cuerpo durante todos esos años dentro de aquella casa.
De alguna forma llegué a un parque repleto de niños, pero no acerque. Estaba asustada porque no sabía cómo interactuar con ellos, así que me senté en una pequeña banca y los observe por lo que me pareció una eternidad. Pude pasar todo el día en esa banca de no ser por el niño enorme que se detuvo frente a mi y me ofreció su mano.
Y si, ese era nada más y nada menos que Kuroo Tetsuro. En silencio tomé su mano y me enseño todo el parque y a como utilizar los juegos en él. Usamos los columpios, las resbaladillas, los sube y baja y unos cuantos más. A mis cortos 7 años de edad, ese fue el primer día que realmente disfrute. Prefería jugar con un completo desconocido a estudiar lenguas extranjeras y matemáticas avanzadas toda la tarde.
Quise que ese día durara para siempre, pero comenzó a anochecer y Kuroo llamó a la policía cuando tímidamente le confesé que había escapado de casa. Ese día recibí muchos gritos de parte de mis padres por lo estúpida y tonta que había sido mi actuar... y creo que mi madre me abofeteó. No lo sé, decidí guardar en mi memoria solo aquella tarde y enterrar todo lo demás muy en el fondo mi mente.
Desgraciadamente mi travesura resultó en un absurdo castigo: No podía salir por 3 meses... ¡Llevaba ese castigo desde mi nacimiento! En fin, pasó al menos mes y medio de más tortura basada en el estudio excesivo hasta que una de mis cuidadoras se apiado de mi alma y logró convencer a mis padres (mi madre a decir verdad) de que necesitaba salir un poco más.
¿Y a donde creen que fui? ¡Exacto, al parque! Encontré de nuevo a Kuroo y volvimos a jugar juntos todo el día hasta la noche, pero esta vez prometí volver y él prometió esperarme. Entonces, tras la promesa de estudiar más duro conseguí 3 tardes de completa libertad donde jugaba junto al cabeza de gallo.
Los 4 días restantes eran un infierno porque malditamente había nacido con una magnífica memoria y la capacidad de comprender las cosas con facilidad y mis padres utilizaron eso a su favor para crear a la hija perfecta destinada a hacer y multiplicar el dinero en sus cuentas bancarias. Pero yo acepte ese trato porque tan solo así tenía la libertad de ser una niña normal 3 días a la semana con un niño que me daba el amor y cariño que nunca había tenido.
Así continuó mi vida junto a Kuroo por tres años hasta que ocurrió la tragedia del asesinato de mi cono de helado ocasionado por un búho llorón y mocoso. Me pareció tan tierno que decidí adoptarlo y lo invite a ir por un helado. No le crean a Kuroo si dice que el lo pago, fui yo. Ese gato es un mentiroso.
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¡No me toques! - Kuroken
Fanfic- ¿Quieres irte del país? Yo te compro el boleto. ¿Quieres ir con tus padres? Le pediré el auto a Bokuto y en menos de dos horas estaremos en camino. ¿O quieres trabajar? Iré por un periódico y traeré mi portátil para buscarte un empleo. Dime que qu...