3 - ¿La mayor idiotez de mi vida?

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Tal vez no fue muy inteligente. Podría estar cometiendo la idiotez más grande en mi corta vida al ir detrás del chico que apenas y había conocido hace menos de 20 minutos, pero justo en este momento no me importaba en absoluto.

Volver no era una opción y, si moría justo en ese momento a manos de ese tal Kuroo Tetsuro, realmente no me importaba. Y quién lo diría, si hace tan solo un par de horas antes había corrido la carrera de mi vida con tal de huir del hombre que algún día me habría matado.

Después de levantarme de aquel banco, Kuroo solo había dicho un simple "Sígueme" y comenzó a caminar en completo silencio. El camino realmente no duró demasiado a pesar de que Kuroo se detuvo en un restaurante de comida para comprar algo para ambos.

- Llegamos - aviso Kuroo una vez que se detuvo frente a un gran edificio. Me tome el tiempo de observar por cortos segundos y pude notar que era un buen lugar.

Kuroo me guio dentro del edificio y me indico que debíamos tomar el ascensor. Una vez las puertas se abrieron, ambos entramos. Por instinto, eso creo, me dirigí a la orilla y Kuroo entendiendo la situación se mantuvo lo más alejado que pudo de mi. Presiono el número de su piso y se mantuvo quieto mientras el ascensor ascendía.

"Sin movimientos bruscos, mantén las manos a la vista. Debes hacer que se sienta seguro." pensó Kuroo.

Una vez el ascensor se detuvo en su piso y abrió las puertas, Kuroo salió primero y espero a por mi a que hiciera lo mismo antes de caminar hacia su apartamento. Abrió la puerta y se adentró dejando la puerta abierta para mi, invitándome a pasar, pero dándome la total libertad de decidir cuando. Incluso parecía ser una invitación a huir si así lo deseaba.

He de decir que, a pesar de estar totalmente desinteresado en el instante sobre el peligro que corría al seguir a un desconocido a su apartamento, durante el trayecto me asegure de encontrar cada salida de emergencia a la que me fuera fácil recurrir si algo salía mal. Al parecer, la parte racional dentro de mi cabeza era capaz de hacer su trabajo incluso cuando sentía que el mundo se me caía a pedazos y no tenia intenciones de repararlo.

Aún frente a la puerta del departamento me di a la tarea de observar todo desde ahí. Era un lugar espacioso, suficiente para dos personas. La sala era grande y desde mi lugar podía ver un largo pasillo y la entrada a lo que supuse era la cocina.

¿Debía entrar o no? Aún tenía tiempo para huir. No conocía al chico y no sabía sus intenciones. Todo podía salir mal.

- La comida se enfría - hablo Kuroo saliendo de lo que antes supuse era la cocina. El chico ahora no traía el suéter de antes y lucia relajado. En sus manos llevaba platos y vasos, los cuales dejo en la mesa frente al sillón y finalmente se sentó.

Kuroo comenzó a servir la comida en los platos que había traído, pero pude notar como su mirada se desviaba hacia mi de tanto en tanto. No presionaba para que entrara sino que esperaba por mi decisión.

"A la mierda todo."

Solté un último suspiro, cerré la puerta del apartamento y camine con fingida tranquilidad hacia uno de los sillones, procurando siempre mantenerme los mas alejado de Kuroo. El mencionado me dedico una sonrisa pequeña y coloco uno de los platos frente a mi. La cena transcurrió en silencio, con el ruido de la ciudad de fondo y nuestras miradas chocando de tanto en tanto, evaluándonos el uno al otro.

- Bueno... creo que me iré a dormir. Tuve un largo día en el trabajo y necesito descansar - Kuroo decidió romper el silencio y levantarse del sillón, tomo los platos que ensuciamos y los llevo de regreso a la cocina.

Por mi parte, en ese momento comencé a arrepentirme cada vez mas de mi decisión. Estaba en casa de un completo desconocido y ahora debíamos ir a dormir. ¿Y si intentaba hacerme algo mientras dormía? Kuroo era notoriamente más alto y fuerte que yo, por lo que cualquier intento de escapar en ese caso seria completamente inútil.

¡No me toques! - KurokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora