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LARISSA
6:00 am
El sonido del despertador retumba en mis oídos, logra despertarme y me encamino al baño por una ducha relajante.
Saliendo del baño elijo la ropa que utilizaré el día de hoy, ya cambiada me veo en el espejo y me gusta lo que veo, todos mis rasgos resaltan gracias a la ausencia del color en las prendas que llevo. Así que no me queda nada más que agradecer los genes de esta familia.
Ya estando lista voy a la cocina por mi desayuno.
—Buenos días — digo entrando a la cocina.
—¿Cómo amaneces? — pregunta mi querida madre.
—De maravilla — respondo mientras como — hoy será la inauguración de mi club — se queda estática.
—El club quedo espectacular — comento enseguida sin darle tiempo a sus reclamos a medida que trato de terminar mi desayuno.
Ella sabe como quería que fuera el club y desde un inicio mostró su descontento, yo seguí adelante con el proyecto pero estoy segura de que cuando lo vea le encantará y se quedará sin palabras.
—Que no se te olvide que nos vamos juntas a la inauguración — dice dándome un beso en la frente.
La única razón por la que va ha ir es porque vamos como invitadas, no somos las únicas personas reconocidas que asistirán, pero seguramente si seremos una de las tantas a las que cuestionará la prensa.
—Si mamá.
Recojo mi bolso, tengo el tiempo justo para resolver un imprevisto y llegar puntual a clases.
—El chofer te esta esperando.
Su voz irrumpe en mis pensamientos, sacándome de lugar. Me río, que ingenua fui al creer que ella aceptaría sin dar pelea que yo hiciera algo que ella ya catalogó como inadecuado.
—No pienso ceder en esto.
No me da tiempo para alegar, me acaba de gritar en la cara que calle y obedezca.
Me niego rotundamente a ceder en este tema, eso me quita la libertad que urgentemente necesito, así que enojada salgo de casa y me monto en el Audi color negro mate. El ruido del motor es algo que me motiva de sobre manera.
El estacionar frente la Universidad de Columbia atrae ciertas miradas curiosas como todos los días. A pesar de siempre tratar de mantener un perfil bajo, hay personas que al parecer les resulta difícil alejar su vista de mi.
Aquí asisten muchos estudiantes de diferentes rangos sociales y están los que son de mi clase o como algunos nos llaman, los nacidos en cuna de oro. En lo personal considero que somos hijos nacidos del poder, lo llevamos en la sangre, sabemos como usarlo sin sentir miedo.
Voy por los pasillos de mi facultad y es un alivio ver como ya no soy notada por nadie, pude resolver algo de mi imprevisto pero la espina de que siga siendo un trabajo a medias me molesta, así que decido llamar una vez más a la persona que podría ayudarme con esto. Escucho el segundo tono y algo de amargura se instala en mis nervios al pensar que no contestara, llega el tercer tono y cuando pienso en colgar, contesta.
—Hola — saludan del otro lado de la bocina.
—Drystran— respondo con reconocimiento en mi voz.
—Si llamas es por algo, ¿qué tengo que hacer?.
Se que está preocupado y dispuesto, si alguien puede hacer esto es el y el hecho de tenerlo entretenido en esto lo aleja de lo que me interesa que no sepa.
—Necesito que investigues algo por mi, que sea silencioso y sin rastro.— digo mientras sigo caminando a mi clase y el sonido de mis tacones es lo único que se escucha.
—Ok— termina aceptando, lo que resulta siendo un alivio para mi y un entretenimiento para el.
—Lo que necesitas para empezar ya lo tienes en tu correo.
—Tendrás toda la información completa en la inauguración— escucho lo que quería y corto la llamada.
Siento la emoción recorrer cada nervio de mi cuerpo al saborear una victoria más, una dulce y silenciosa victoria.
La mañana se me va rápido entre clases, confirmaciones de asistencias de personas reconocidas que asistirán a la inauguración y en resolver pequeños detalles del club. Algunas clases son aburridas y las quejas de mi compañera Davina no me ayudan, me estresa un poco cuando se vuelve un pajarraco que solo suelta quejas, lo único bueno de esto, es que por fin llegó la ahora del almuerzo.
Así que nos dirigimos a la cafetería y con la ayuda de Davina respondemos más correos que confirman la asistencia de mis invitados, enviando el mismo mensaje de agradecimiento a todos. Nuestra mesa poco a poco se empieza a llenar con la llegada de cada amigo que tiene ella y veo mi salida de este grupo de gente falsa y la tomo.
Al llegar a la biblioteca camino directo hacia la mesa desalojada que esta al final, saco mi laptop y me concentro en mi investigación personal, sabiendo únicamente que la persona de mi interés era uno de los mejores en su área.
Pasan dos horas y la presencia de Samuel me obliga abandonar mi investigación, para darle paso a mis responsabilidades de universitaria.
—En la tarde investigare más sobre Louis, apuesto todos mis videojuegos a que nuestro trabajo será el mejor— me asegura Samuel — pero primero terminemos con las aburridas clases — dice levantándose.
Nos dirigimos al aula para recibir las ultimas clases de este día y saliendo fuimos a McDonald's, si somos amantes del pollo y las papas fritas. Es nuestro gusto culposo.
Minutos después estamos en mi cuarto, Samu esta concentrado en su laptop mientras que Dav y yo estamos recostadas sobre la alfombra revisando instagram.
—¡SI!— grita Samu provocando que nos pongamos de pie —por fin termine y vaya que tenemos un muy buen trabajo —dice pasando las diapositivas.
— ¿Ya? — pregunto desesperada.
Mientras más rápido terminemos esto, más rápido se irán y yo podré seguir con todos mis asuntos pendientes.
—Si, pero lo verán cuando se los envié al correo, ósea en unas horas— dice Samu tratando de cerrar la pantalla, pero es tarde, ya se la quite.
—Quedo muy bien— digo contenta por lo que acabo de ver —seguro que nos felicita, ¿cierto?— pregunto y asienten.