DAVID WESTON
Aún con el ambiente animado no logro olvidar la discusión con Adalid, ella no tiene toda la culpa; pero es inevitable el hecho de que vuelva a suceder.
Están en peligro y no se trata de un enemigo cualquiera. Se trata de un enemigo la quiere de vuelta, que la quiere a su lado cumpliendo el papel que el ya proclamo como suyo y no importa quien trate de impedirlo. Ni siquiera de ese imbécil.
Por Zac no me preocupo, vigilo cada uno de sus pasos y el hecho de que este tan metido en su intento de superarlo en todo que no se da cuenta de nada, me hace pensar que no es tan inteligente como creía. Al igual que ella perdió la mayoría de sus recuerdos, la olvidó a ella y hoy en día solo vive por la rabia.
Estoy en busca de Larissa y la encuentro sosteniéndose la cabeza. ¿Ahora qué le pasa?, espero que no sea otro ataque de ansiedad. Han regresado después de despertar. Pero al menos ha logrado controlar su lado homicida. Otro tema más por resolver, otro tema que me atormenta.
—Haz que paren, por favor —dice entre lágrimas
—Son muchas voces y ¡no puedo escucharlas a todas! —se tapa los oídos —yo no...yo te...voy...
—Mierda —digo cuando se desploma en mis brazos.
La tomo en mis brazos y me dirijo a la primera planta, rogando que no haya sido envenenada, no me lo perdonaría, ese maldito es capaz de hacerlo ahora que la tiene en la mira, porque ya lo dijo una vez o esta a su lado o lo va ha estar muerta.
Con ella en brazos busco a su mamá, la visualizo y...
—Mierda, mierda, mierda
Todo se convierte en caos cuando veo que Adalid esta en el piso con el cuerpo inconsciente de Zac.
—¿Qué le pasó? —pregunto.
—No se, estábamos conversando y de pronto dijo algo que no logre escuchar y luego se desplomó— dice asustada, mirando de un lado a otro y entonces la ve en mi brazos.
—¡Larissa!— el horror en su voz me mueve algo y sus lagrimas no tardan en salir.
Esto no puede ser bueno, por tanto tiempo busque cambios en ellos como los tenía él y nunca encontré nada. Él siempre fue una mente maestra en eso, lo educaron para esto y me lo acaba de dejar muy claro con esto, lo que sea que tengan en su sistema no los esta matando, pero tampoco se lo que les esta haciendo. Maldita sea ellos se convertirán en lo que sea que él quiera o en lo que necesite y solo puede significar una cosa y lo único que puede pararlos es la muerte o...
—¿Es la última fase?
—Si— dice entre lágrimas al saber lo que viene para ellos.
Llevo a Larissa al auto y la coloco en el asiento de copiloto, abrocho el cinturón de seguridad y regreso al club por Zac dejándolo en el asiento trasero y Adalid va con el.
—¿A dónde vamos?— me pregunta, mientras enciendo el auto.
—Al hospital— y piso el acelerador en esa dirección.
Al llegar ya nos esperan enfermeras con dos camillas, en una va Zac siendo seguido por su madre y en la otra va ella siendo seguida por mi.
Están sudando, convulsionan y balbucean.
NOTA:
Les voy a decir un dato que nadie me pidió, pero igual lo daré y es que nuestro mellizo preferido estaba en plena acción cuando su hermana pasa por eso, no lo puse en el capitulo porque ya más adelante el tendrá mucho de eso, así que lo siento Zac se te hará otro día.