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NARRADOR
3:00 am
En una habitación y sobre camas de hospital se encuentran dos cuerpos, una madre y un tío preocupados por el estado en el que se encuentran estos cuerpos.
Los cuerpos están en camas separadas, temblando, sudando y con altos niveles de fiebre. Sus cerebros intentan procesar lo que esta pasando y al mismo tiempo el sistema inmunológico de cada uno intentan defender sus cuerpos de lo que se supone hace años esta fuera de ellos.
Quien hubiera imaginado que aquella palabra pronunciada por ese desconocido les causaría tal dolor, que tan solo esa palabra desataría muchas cosas.
Los cerebros que ya penden de un hilo para el colapso definitivo intentan con las pocas fuerzas que les quedan absorber toda la información que ha sido desbloqueada para ellos. Por sus mentes pasan códigos de acceso de algún sitio en todo el mundo, ven sus recuerdos más recientes y al mismo tiempo los más importantes, algunos de esos rostros son rápidamente identificados. Su mente les reproduce una y otra ves la misma fecha. La misma promesa, la misma traición y a las mismas personas.
Ya han pasado cinco horas desde que llegaron a la sala de cuidados intensivos del hospital, pese a que la fiebre ya ha bajado siguen temblando y ya se han librado de la muerte dos veces. Los médicos los tuvieron que reanimar y en la segunda vez, la mujer fue la que más tardo en regresar.
La información sigue siendo procesada, mientras una enfermera monitorea sus signos vitales a la vez que les aplica unos sueros creados estrictamente para momentos como este, pues si no se les aplicaban los sueros sus cuerpos presentarían algunos cambios irreversibles.
Adalid lo detesta por encima de su amor, por no haber sido capaz de hacerle saber que sus pequeños heredaron eso de él. No lo culpa por eso, pero no puede evitar pensar qué otras cosas más le ocultó, porque si lo hizo con algo tan importante como esto, qué será de lo demás.
Todo esto es necesario, ya que él se encargó de que sea así, ellos representan el inicio de un gran trabajo, de una gran era en ambos mundos y aún que ellos piensen que lo hizo a propósito, no es así, era hacerles eso a los pequeños o verlos morir. Esa no era una opción y tampoco lo es ahora. La muerte de esos dos seres jamás iba a ser una opción aceptable para el, no cuando desde su nacimiento fueron tan puros, tan inocentes y tan lejanos al mundo lleno de sangre y secretos al que habían sido arrastrados, tan solo por los padres que tienen.
Son su mejor creación.
Dentro de Larissa sus sentidos e instintos mejoran a niveles inimaginables, ahora posee la habilidad de prevenir algunas acciones y con mucho esfuerzo podrá saber lo que piensan los demás. Ya no es ella, ahora es otra persona la que acaba de despertar, con una sed inimaginable de sangre.
En Zac, al igual que en ella sus instintos mejoran, pero hay algo que los une y es un vínculo, ambos poseen ahora la capacidad de trasmitirse las emociones, la fuerza y sobre todo compartir sus pensamientos. Solo si así se quiere o requiere.