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LARISSA
Lunes 9:00 am
Entonces chicos no se olviden de las indicaciones a la hora de hacer el informe. Habla el profesor de física avanzada. Ahora pongan atención en como se formaran los grupos— ordena.
Los grupos serán de tres y se formaran desde los primeros y últimos de cada fila, así que vallan formando los grupos, tiene cinco minutos.
Volteo y...
—Genial— no puede estar en mi equipo.
—Nos reunimos ¿mañana?— pregunta la chica de lentes.
Camila.
—Si—le responde el otro integrante.
—Ajam—es lo único que digo.
El sonido de mi celular capta mi atención. Es un mensaje.
Scott:
Te conseguí la pelea con Lena.
Yo:
Genial
Entonces a la misma hora en el mismo lugar.
Si
¿Tienes miedo?
No
El profesor sigue dando las últimas indicaciones, el timbre suena y soy la primera en salir dirigiéndome a la cafetería.
Pido un jugo y saco la pastilla de mi bolsillo trasero. Me duele la cabeza.
Me dirijo a mi siguiente clase. Geografía avanzada.
Y como en cada clase soy la que resuelve un ejemplo en la pizarra, estoy por terminar cuando escucho.
—La puta sabe lo que hace— suelta Valentina.
Todos se ríen.
Sigo en lo mío, no debo caer— me repito.
—Tu también darás un espectáculo— dice Jeremy
Ignóralos— me digo.
Desde mi asistencia a la apertura del club y más el video donde estoy bailando en los vestidores, ellos no ha hecho otra cosa más que molestar y tratar de denigrarme, pero no les voy a dar ese gusto. Son tan hipócritas porque van al club hacer cosas que prefiero no decir.
—Y a ti ya te salieron pelos en los huevos— ataca Samuel.
—Como dices imbécil— Jeremy se levanta dirigiéndose a Samuel listo para golpearlo. Me doy cuanta de su intención y rápidamente me dirijo hacia el.
—Tócalo y te rompo la cara— advierto interponiéndome en su camino.
—Tu puta tiene que defenderte Samuel— le habla ignorándome, se esta burlando.
Todos se burlan y yo ya estoy llegando a mi límite.
—No eres más que una enferma sexual— dice empujándome del hombro y es lo único que necesito para írmele encima.
Siento como su nariz cruje con mi golpe y es Alan quien me separa.
—Vuelve a insultarme y no la libras—advierto.
—No debiste meterte Samuel— digo.
Tomo mi mochila y salgo siendo seguida por Alan. Voy hacia la cafetería, falta poco para que salgan todos y el lugar se llene; recibo la ensalada y el jugo que me dan.
—Pensé que ya lo tenias controlado— habla a mi espalda.
—Así es—aseguro.
Se ríe.
—No es así— refuta, bebiendo de su jugo.
—Ajam—no me importa.
—Otra ves estas perdiendo el control—suena a regaño.
—Déjame en paz— pido.
Como lo dije la cafetería se empieza a llenar y nos llevamos las miradas de todos y los murmullos no tardan en hacerse escuchar.
—Hoy no pelees— pide.
¡Joder! Que fastidio. Y el hecho de que me lo pida trae recuerdos de lo lejos que puedo llegar cuando no tengo auto control, de todas las vidas que casi me cargo, pero lo necesito y mal por la persona que acabe con el poco control que tengo de mi misma.
—Lo necesito— hablo— y además será con Lena— le informo.
Su cara me lo dice todo.
—¿Tu peleas hoy?— pregunto y asiente.
—Con Rael—dice— oye hazme un favor y gánale— pide.
—Yo nunca pierdo— respondo.
Nos siguen mirando, el no tiene una buena reputación, pero si buenas notas. Pocos lo saben y con pocos me refiero a que solo yo lo se. El se cambio a esta universidad y tiempo después yo también lo hice, aunque no recuerdo el motivo.
Alan tiene la misma edad que yo, es muy alto y gran parte de su piel está cubierta por tatuajes, sobra decir que tiene un buen cuerpo, sus ojos son de un azul profundo que si quisiera te leería hasta el alma. Mi buen amigo Alan es lo segundo más leal que tengo, el me ayudo en algunos de mis momentos oscuros.
—Y si nos vamos de aquí— propongo.
Sonríe.
—Lo que su majestad diga— dice enredando nuestros brazos, para después salir del instituto.
