El título lo dice todo. Viene de Twitter y pues es un mes completo de historias de Rubius. Es un fanfic +18, es una sola historia loca que está enlazada al reto. El capítulo de aclaraciones tiene la lista del reto. Es una trama improvisada y loca. E...
Había sido difícil convencer a Rubius para que soltara a su novio, y más que eso, impedirle el paso a Vegetta. Tres hombres corpulentos, a cargo de la seguridad del hospital, habían tenido que inmovilizarlo; al final una de las doctoras tomó la decisión de inyectarle un tranquilizante. Ella misma se encargó de que el guerrero fuera ingresado a una habitación privada, mientras marcaba el número del jefe.
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Para cuando Auron escuchó el teléfono sonar, habían ya tres llamadas perdidas, y tuvo que salir con sólo una toalla amarrada a su cintura, dejando que sus dos novios siguieran jugando solos en la bañera.
-Quien quiera que sea, espero que sea una verdadera emergencia- Auron tomó un cigarrillo de la mesita de noche y lo encendió, mientras la agitada voz al otro lado de la línea le habló con urgencia.
"Doctor, lamento molestarlo pero el guerrero Rubius ha entrado en labor de parto y me temo que las cosas se pusieron un poco complicadas" el médico apagó el cigarrillo al instante y una sensación de angustia se instaló en su pecho.
-¿Quién está de guardia?- caminó corriendo al baño y le hizo una seña a los dos hombres en la bañera para que salieran rápido.
"El doctor Perxita, la doctora Mónica viene en camino pero le tomará un tiempo llegar. No hay nadie más que se pueda considerar experto en partos de Híbridos así que esperábamos que pudiera venir a asistir" Auron tragó duro, él tampoco era un experto, pero estaba a cargo de ese hospital.
-Llego enseguida, preparen sangre para Rubius y llevenlo a la sala dos- no esperó la respuesta, se limitó a colgar la llamada y dirigir la mirada a Luzu y Lolito.
-¿Todo bien?- Luzu salió de la bañera con una expresión asustada, y es que no era normal ver a Auron tan serio.
-No, Rubius entró en labor de parto y la voz de la enfermera me ha dejado un poco preocupado. Tendré que ir a asistir, Mónica tardará en llegar y es ella es la experta- el ambiente se tensó, pero los tres hombres se vistieron con rapidez y salieron rumbo al hospital sobre sus más rápidos chocobos.
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El dolor era inimaginable, sentía como si estuvieran partiendo sus caderas a cada contracción, y lo peor es que eran muy seguidas. En sus clases de preparación le habían dicho que las primeras podían ser suaves y en intervalos largos, pero él las tenía cada diez o doce minutos.
