RubiusBowl Month

XVI - Soft y Perfume

Llegaron a la casa de Auron agotados y confusos, Luzu no había tenido oportunidad de cuestionar a sus dos dolores de cabeza durante su estadía en el hospital, pero se moría de ganas por saber que pasaba por sus alocadas cabezas. Después de que Rubius continuara vomitando por un buen rato, y Vegetta les tratara de convencer de que sólo era un virus estomacal; las cosas se habían puesto bastante tensas en esa sala se espera, y nadie había pronunciado palabra. Pero una espinita de duda se había instalado en su pecho, y mientras más observaba los gestos de complicidad entre sus dos novios, más crecía esa sensación.

El regreso a la casa de Auron había sido casi en absoluto silencio, a pesar de ir tomados de la mano, sólo habían intercambiado palabras banales y sin importancia. Pero para Luzu había sido una tortura, porque por primera vez en mucho tiempo se sentía un invasor, como si esa loca relación de tres se estuviese volviendo sólo de Auron y Lolito. Y es que si no los quisiera tanto, se habría ido a su casa sin darles una explicación; pero estaba loco por los dos, lo mejor que se le ocurría era cuestionarlos y esperar que le dijeran la verdad.

Eran las 4 de la madrugada cuando por fin se encontraron sentados en la cama, Luzu en medio de Lolito y Auron, y ese había sido el momento en que la primera pregunta fue lanzada.

-¿Ahora si me van a explicar qué significa todo este aire tenso que los rodea?- su mirada se posó en Lolito al instante, era el más fácil de leer y el que menos podía mentir. Una chispa de inseguridad apareció en esos hermosos orbes verdes, eso le indicó que sus sospechas eran cierta y que había algo que no le estaban diciendo.

-No se de que hablas, no te ocultamos nada- el pelirrojo se acercó y empezó a depositar suaves besos en su cuello, era su casi infalible técnica para desviar la atención. Pero Luzu no se iba a dejar convencer esta vez, así que se puso de pie de un salto y les volteó a ver con una expresión molesta.

-No habrá nada de esto hasta que no me expliquen. Por favor, díganme que no tienen nada que ver con lo de Fargan- era el turno de Auron de poner orden, a diferencia de Lolito él era más controlado y sabía mentir mucho mejor. A veces parecía que le podía manipular para que hiciera lo que quisiera. Luzu trató de mantener la misma expresión seria mientras el psicólogo se le acercaba y tomaba sus manos con cariño.

-No tenemos nada que ver con eso, pero estamos muy cerca de saber quienes son los miembros de la hermandad y eso nos tiene un poco tensos. En verdad queremos saber quién te lastimó, es importante para mí y para Lolito- el castaño seguía tenso pero dejó que se acercaran a él.

Auron siempre lograba eso, disipar sus dudas, con una sonrisa matadora que le hacía creerle ciegamente. Suspiró derrotado, no les sacaría más información, aunque pareciera que había algo más que no le querían decir; no habría más explicaciones de su parte. Ocultó su rostro en las manos mientras trataba de calmar el fuerte latir de su corazón, dos manos hicieron que lo descubriera de nuevo. Su mirada se topó con dos pares de ojos, unos color miel y otros color verde, los ojos que más amaba en el mundo entero.

-Sólo quiero que me prometan una cosa- tenía una mano de cada uno entre las suyas, quería al menos pensar que mantendrían una promesa por él.

-Prometan que no le harán daño a ninguno de nuestros amigos, no importa si son de la hermandad o son los responsables del ataque. Tienen que prometer que nadie saldrá lastimado- tomó el rostro de Auron primero y posó sus intensos ojos azules sobre él, y éste fue capaz de decir "lo prometo" sin mucho esfuerzo. Depositó un beso rápido sobre sus labios y se volteó a ver a Lolito, quién tardó un poco más en enfocarse. Para Luzu fue más satisfactorio escuchar el "lo prometo" del pelirrojo porque era menos capaz de mentirle. También depositó un beso en sus labios, pero con él se extendió un poco más, hacia tiempo que no estaban los tres juntos de esa manera.