XIII - Trasero y Mordidas - Rubegetta

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Tres días pasaron, tres días en los que Rubius mantuvo a su novio ocupado con sus exigentes deseos sexuales. La droga se había quedado en su organismo más tiempo del que habían pensado al principio, pero parecía al fin estar llegando a su fin.

Y justo en ese momento Rubius se encontraba hundido en una nube de placer que no le permitía pensar con claridad. Sus garras se enterraron con fuerza en la ancha espalda de su novio y escuchó el ronco gemido que salió de su boca, tan sexy como siempre, le encantaba escucharlo gemir porque era un gesto que le indicaba que estaba disfrutando de su encuentro.

Las fuertes manos de Vegetta estaban fijas en sus nalgas y le ayudaban a cabalgarlo con más facilidad. Cada vez que bajaba sentía el grande y duro miembro llegar hasta lo más hondo de su ser; y el sonido que provocaba era increíble. En un momento dado sintió como era jalado con fuerza hacia abajo y la cálida semilla de su novio le llenó por tercera vez ese día.

Ambos respiraban agitadamente mientras terminaban de sentir los vestigios del orgasmo, ninguno quería moverse aún.

-Si seguimos así terminarás por robarte toda mi escencia- Rubius se separó un poco y observó el rostro de Vegetta, cubierto en sudor y con algunos cabellos pegados a su frente.

-Es lo justo, si yo voy a llevar a tu cachorro por 6 meses dentro de mí- Vegetta soltó una risita y empezó a acariciar los blancos muslos que aún seguían sobre él, luego se acercó un poco buscando un beso; pero el oso se alejó y se puso en pie. Eso lo hizo fruncir el entrecejo pero al llevar la vista a esas nalgas perfectas y ver como su semilla escurría por sus muslos, no pudo evitar relamerse los labios.

Se puso de pie casi por instinto y detuvo el sexy andar de su novio, y acto seguido se agachó hasta morder el perfecto trasero que tenía las marcas rojas de sus manos. Escuchó el gemido ahogado de Rubius pero eso no lo detuvo para morder de nuevo mientras su otra mano nalgeaba el glúteo libre.

Cuando hubo terminado había una marca de dientes en cada nalga, acompañadas de nuevas marcas de sus manos. Sonrió complacido y se puso en pie al fin, el oso le observó con una sonrisa pícara.

-¿Te gusta mi trasero eh?- Vegetta sonrió y asintió con la cabeza antes de depositar un pequeño beso en sus labios.

-Y ahora tienen mi marca así que no se los puedes mostrar a nadie más- ambos rieron y se abrazaron con cariño, pegaron sus frentes y se quedaron así un rato, con los ojos cerrados y sólo disfrutando del suave contacto.

-¿Cuándo sabremos...- Rubius abrió los ojos y restregó su nariz con la contraria en un tierno gesto.

-En un par de semanas podemos ir a que me haga una prueba. Puede que mi organismo me avise un poco antes, a partir de ahí es sólo cuestión de tiempo para comprobar si es tuyo- los fuertes brazos de Vegetta sujetaron la cintura contraria con un poco más de fuerza.

-Todo estará bien, ya verás. Mis chicos son fuertes- el oso soltó un suspiro pero sonrió, luego de eso se separaron y caminaron de la mano rumbo al baño.

*****

-Parece ser que esperan que Vegetta sea el padre del cachorro- Auron se encontraba en su casa con una especie de tablet en sus manos mientras Lolito le veía con atención.

-No sé qué tan alta sea la posibilidad de eso, pero si resulta ser así no tendríamos que tocarlo- el psicólogo dejó sobre la mesa la tablet y una sonrisa cínica apareció en sus labios.

-Ya tenemos el plan trazado, ¿para qué desperdiciarlo?- Lolito frunció el entrecejo pero imitó la expresión casi al instante.

-Fue una buena idea meter un micrófono entre las ropas del oso. Creo que podemos seguir vigilándoles un poco más- Auron tomó un vaso de la mesa frente a él y bebió despacio.

-Me preocupa un poco Fargan, no me fió de que guarde el secreto. Puede que le de un repentino ataque de justicia- Lolito también bebió de su vaso.

-Lo mantendré vigilado, creo saber como amenazarlo- el silencio reinó en el consultorio del psicólogo por un momento.

-Dime que no haces esto porque te gustó tener a Rubius en tu poder- Auron le vió con una expresión fría en los ojos.

-Si bien su culo es delicioso, yo no necesito a nadie más que a Luzu...y a ti- la expresión de Lolito se suavizó antes de ponerse de pie y acercarse a él.

-Bien, parece que sí nos entendemos- compartieron un rápido beso en los labios antes de volver a sus posiciones y empezar a discutir su plan de nuevo.

*****

Pues uno más! Sopresa! es super corto pero quería separar estos dos capítulos. Final feliz? No lo sé, no lo sé. Un besito y nos vemos pronto!

RubiusBowl MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora