Era un día soleado y fresco de primavera, uno de esos días que quedaban perfectos para tirarse en la hierba, a disfrutar de la fragante brisa. Y cierto Híbrido de oso había convencido a su novio para que fueran juntos a un famoso cerezo que estaba en mitad del bosque. Todo con el objetivo de recoger los dulces frutos que sólo se podían disfrutar en esa época del año.
Así que luego de dos horas de hurgar entre la hierba, habían conseguido llenar una canasta y se habían tumbado sobre una manta morada que Vegetta llevaba consigo. Y entre risas y besos empezaron una plática al azar, que de un momento a otro llegó a un tema algo serio.
-Yo creo que si tú murieras yo me moriría contigo- el oso se acomodó boca abajo y le vio con una extraña mirada seria, esperando tal vez que le dijera lo mismo.
-Pues yo confió en que serías lo suficientemente fuerte para seguir adelante, con la promesa de que nos veremos de nuevo al otro lado, llegado el momento- pasó los brazos debajo de su cabeza y le sonrió con confianza, era el tipo de respuesta que él siempre daba cuando trataba con esos temas. Sin embargo, se ganó una mueca por parte de Rubius, quién le dio un golpe en la nariz con su dedo.
-Eso no fue nada romántico, tenías que decir que también te morirías. Después de todo, dicen por ahí que es posible morirse de tristeza, hasta suena poético, morir por amor- el Híbrido sonrió para sí mismo y luego estiró su brazo para dejar una cereza en la boca de su novio.
-Yo se que podrías vivir sin mí, lo hacías antes de conocerme, puedes hacerlo de nuevo- Vegetta mordió la fruta en su boca y disfrutó del dulce sabor, tratando de convencer a su novio de que no podría morirse de amor.
-De cualquier modo, tal vez el punto aquí es que tú serias más capaz de vivir sin mí. Ya sabes que yo pienso con el corazón, mientras que tú lo haces con la cabeza- el oso se acercó a depositar un tierno beso en su mejilla y se le quedó viendo un rato antes de volver a hablar.
-También he pensado en lo que pasaría si alguno de los dos estuviera en coma o algo por el estilo, ¿Qué crees harías tú en esa situación?- Vegetta suspiró, la verdad no le agradaba cuestionarse esas cosas, pero igualmente le siguió el juego.
-Pues, creo que la pregunta adecuada es ¿Qué quisieras tú que yo hiciera?- Rubius dibujó una expresión pensativa, mientras alzaba la vista hacia el árbol sobre ellos, dejando que una pequeña hoja rosa cayera sobre su nariz. Luego contestó con una seguridad inesperada.
-La verdad es que lo que tú quieras estaría bien para mí. Confío en tus decisiones y se que harías lo correcto, lo que fuera mejor para los dos- Vegetta abrió los ojos sorprendido ante esa respuesta y hasta le pareció ver que Rubius brillaba en ese momento. Pero el oso se limitó a regalarle una sonrisa sincera, haciéndole ver que hablaba muy en serio.
-Vaya, no sabía que confiabas tanto en mí- Vegetta estiró una mano y le quitó la hoja que había caído sobre él antes, y luego acarició su mejilla con cariño.
-Pues ahora lo sabes, aunque te advierto que si eres tú el que se queda dormido en lala land, yo me aseguraré de mantenerte con vida. Prefiero tenerte como un vegetal que perderte- Vegetta sonrió ante el puchero infantil en los labios de su novio, esa sí que había sido una cosa típica de él.
-Vaya, y yo que pensé por un momento que podía confiarte estas cosas a ti- esta vez ambos rieron, mientras rodaban sobre el pasto abrazados.
Esa tarde hicieron el amor bajo el árbol de cerezos, y prometieron volver cada primavera, para seguir hablando de cualquier cosas.
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RubiusBowl Month
FanfictionEl título lo dice todo. Viene de Twitter y pues es un mes completo de historias de Rubius. Es un fanfic +18, es una sola historia loca que está enlazada al reto. El capítulo de aclaraciones tiene la lista del reto. Es una trama improvisada y loca. E...