XVIII - Final Parte 1

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Vegetta estaba al borde del colapso, tenía la nota sobre la mesita de la sala y sujetaba su cabello con fuerza mientras trataba de entender que había sucedido. La nota tenía apenas unas cuantas palabras escritas, pero era la cosa más aterradora que había leído en su vida. 

"Esperamos que hayas disfrutado tu tiempo con Rubius. No lo verás de nuevo. El cachorro estará seguro en un mejor hogar" 

No había pistas, ni siquiera era una nota para pedir un rescate o algo por el estilo; era una nota para informar de algo inevitable. Pero él no podía aceptar eso, tenía que haber alguna forma de encontrar a Rubius y traerlo de regreso. 

El sonido de la puerta lo sacó de sus pensamientos, así que se levantó con prisa y la abrió. El preocupado rostro de Luzu apareció frente a él y eso fue todo lo que necesito para romperse al fin; se abrazó con desesperación a él y comenzó a sollozar sonoramente. Auron ayudó a su novio a llevar al devastado Vegetta al sofá, donde esperaron a que sacara todo lo que tenía dentro.

El psicólogo tomó la nota de la mesa y la leyó con una expresión seria, pero tampoco pudo encontrar alguna pista que le ayudara a saber quien era el responsable del secuestro. Suspiró derrotado mientras empezaba a darse cuenta que tal vez tendría que confesar ciertas cosas ese día, cosas que no sólo enfadarian a Vegetta, sino que pondrían en riesgo su relación con Luzu. 

-¿Qué dice la nota?- el castaño le habló sobre los sollozos de su compañero y le vio con una expresión seria. Auron repitió lo que decía la nota y sintió la mirada expectante de su novio sobre él. 

-Lolito cree tener una pista y ha ido a investigar- Vegetta pareció reaccionar al fin al escuchar esas palabras, así que se apartó de Luzu con algo de brúsquedad para tomar las manosl psicólogo y verlo con una expresión desesperada. 

-¿En serio Lolito tiene una pista?- Auron dejó salir todo el aire en sus pulmones antes de asentir con la cabeza. Había llegado el momento de confesar, se encomendó a los dioses y empezó a hablar. 

*****

Lolito llegó al fin al lugar que había estado buscando, había tardado un poco más de lo esperado porque iba a pie. Y al llegar supo de inmediato que algo extraño estaba pasando, empezando por las tres mujeres que estaban sentadas sobre el suelo frente a lo que parecía ser una torre de piedra, y luego los 4 hombres con armaduras negras que parecían custodiarlas. No sería fácil acercarse, lamentaba no haber pedido La Saqueadora a Auron, aunque aún con esa espada dudaba poder derrotar a 4 oponentes, y a las chicas. 

Se quedó escondido entre la maleza, analizando la situación, y entonces vio a una rubia que le parecía muy conocida salir por la puerta de la torre. Trató de recordar dónde había visto a esa chica, pero no lograba hacerlo, fue entonces cuando sintió su teléfono vibrando en el bolsillo de su pantalón. Se alejó un poco más y contestó la llamada, era Auron. 

"Lolo, las cosas se me salieron de control aquí. Tuve que decirles la verdad a los chicos y se armó un pequeño lío, dime que has encontrado algo útil" Lolito suspiró, ahora mismo podía imaginar la cara de Luzu ante la revelación, de seguro tendría una expresión decepcionada y triste. Y la tristeza de su amado era algo con lo que no podía lidiar, porque no sería la primera vez que le hacía llorar. 

-Encontré una torre, cerca del lugar donde la chica de Fargan nos dio la hormona. Hay muchas personas sospechosas acá y no creo que pueda con todos, tengo el presentimiento que algo tienen que ver con la desaparición de Rubius- escuchó un sonoro suspiro al otro lado de la línea. 

"Iré con Vegetta y Luzu hasta el pueblo. Encuentranos frente al zoológico, pensaremos en algo juntos" el pelirrojo le lanzó una última mirada a la torre antes de empezar a caminar, aunque había una duda rondando su mente. 

RubiusBowl MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora