Prólogo

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Aeternum somnium

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Aeternum somnium

Prólogo

No mentiría al decir que era un experto al fingir sonrisas y gestos amables, pero incluso para él, que había vivido tantos años ocultando su verdadero rostro tras la máscara de chico perfecto, ahora mismo le era complicado seguir con el acto.

Lentamente sentía como los hilos de sus marionetas se deslizaban sobre sus largos dedos, amenazando con escaparse, destruyendo por completo su acto perfecto, poco a poco sentía como su mandíbula se tensaba cada vez más y más, amenazando con la terrible descortesía de mostrar su verdadera cara cada vez que intentaba mantener una sonrisa en sus labios.

Pero desde que el día había comenzado se había visto en la forzosa obligación de hablar con casi todos los alumnos, o más bien sus ex compañeros.

Esa era la desventaja de aquella mascara, la máscara de Tom Marvolo Riddle.

Desde niñatos tontos que "le admiraban" hasta "sus iguales" que buscaban algo de él.

Si, era irónico como la gente se ponía por la graduación.

Como si de verdad se quisieran o se tuvieran aprecio, la hipocresía no solo era su don.

Muchos reían, lloraban y tomaban oportunidades para decir y hacer cosas que como alumnos no podían.

Justo como lo que estaba viviendo el joven Riddle.

Ahora mismo se encontraba entre la espada y la pared, al tener la intención de mandar todos al diablo con la maldición asesina o aguantar un poco más a la espera que alguno de sus ineptos lacayos comprendiese que era momento de alejarlo de los plebeyos mestizos y los repugnantes nacidos de muggles, los sangre sucia.

Pero no, los idiotas de sus hombres parecían estar más ocupados llorando y siguiendo a sus prometidas o ligues escolares, que muy seguramente no volverían a ver después de que sus pies dejaran de tocar Hogwarts...

El guardar apariencias tenía sus desventajas, como que todos se sintieran con el derecho de poder dirigirle la palabra.

El haber sido prefecto y premio anual le había dejado bien en claro lo que en verdad quería para su vida, quería al mundo a sus pies, sí, pero viviría como su "adorado" profesor de pociones, Horace Slughorn.

Solo existía una forma de vivir teniendo todo a su disposición sin tener que manchar, al menos no demasiado sus manos.

Vivir y actuar entre bastidores, esa era la respuesta correcta y la mejor opción para no tener que tratar con idiotas, ser el amo del mundo y solo mandar a los que considerará dignos a difundir su palabra y ordenes, teniendo todo a sus pies, sin tener que manchar de más sus manos, porque sus propuestas para mejorar al mundo eran un tanto amarillistas, por no decir poro éticas.

Por eso era mejor idea vivir entre bastidores a ser un ministro o dictador de imagen pública y no es que no pudiera con el puesto, ni que su linaje no fuera compatible con ese puesto, de hecho, si el mundo se enterara del linaje que corría por sus venas seria aún más respetado hasta incluso idolatrado por los idiotas y extremistas puristas de sangre que tenía entre las pequeñas filas de su ejército personal, pero la idea de que Tom Marvolo Riddle, el mestizó, el que tenía la jodida cara de un repulsivo muggle, fuera la cara de todo su show, era fastidioso y vomitivo.

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