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Tom suavemente abrió la puerta de Borgin y Burkes, abriendo el paso para que el pequeño Adam pasara, el cual después de un largo camino, aferrado al saco de Riddle, por fin lo soltó y obedeció.

Tom no demoro en entrar y llevo su dedo índice sobre sus labios y el niño llevo sus manos a su boca y asintió frenéticamente.

Con sumo cuidado camino por los pisos de madera y busco al señor Borgin, fácilmente dio con él, en su oficina, dormido profundamente con la cabeza inclinada hacia atrás y la boca abierta.

Arrugo su nariz y cerró la puerta de nuevo volviéndose con el niño.

Alzo sus brazos y replico.

—¿No deberías estar con Mulciber?, creí haberte dado una orden.

Adam suavemente suspiro y con desgane llevo su cabeza sobre el mostrador y replico.

—Es muy tonto... nunca entiende cuando le explico de pociones y a veces insiste en que le acompañe al pub y yo no quiero, mamá siempre decía que a esos lugares solo van los tipos malos y gente sin futuro.

Tom no pudo evitar soltar una ligera sonrisa ante lo último y asintió.

—Eso es verdad, solo los inútiles como Mulciber se la pasan en ese tipo de lugares, pero eso no responde mi pregunta, ¿Por qué me sigues?

—Prefiero estar contigo.

Replico sincero, Riddle rodo los ojos y replico.

—Tienes tareas y libros por leer, no puedes desperdiciar tiempo, cuando vayas a Hogwarts deberás ser el mejor, por lo que tienes mucho que aprender.

—Pero yo quiero pasar tiempo contigo...

Replico para poco después correr detrás del mostrador y aferrarse a Riddle en un fuerte abrazo, Tom intento apartarlo, pero el niño no lo soltó y el espacio que había en el mostrador no le daba oportunidad de escapar.

—Prometo no molestar, se guardar silencio

—Seamos claros, siempre molestas y hablemos directamente, ¿Qué es lo que en verdad quieres? Es demasiado extraño que con el poco tiempo que "convivimos" estés tan aferrado a mi persona.

El niño intuitivamente formo puños sobre el saco del mayor y oculto su cara en la oscura camisa del joven.

—Solo quiero estar a tu lado...

Cansado de esto, replico suavemente un hechizo, ciertamente, la curiosidad le gano puesto que sería la primera vez que lanzaba ese hechizo contra un niño, tenía dudas si terminaría friéndole el cerebro o quizás terminaba inconsciente, cualquiera que fuera la solución, sería solo por fines educativos.

— Legeremens ...

Dado que era la mente de un niño, sin educación oficial de magia, no hubo barreras ni limitaciones para ver dentro de esa mente.

Vio la muerte, el llanto, el dolor y la miseria, entonces lo comprendió y con suavidad logro apartarlo de si y se hinco a la altura del niño.

—No soy tu padre, ni hermano, ni nada; no te aferres a ideas sin sentido.

El infante le miro rogando y poco a poco sus pequeños y oscuros ojos se llenaron de lágrimas.

Ni siquiera se percató de en qué momento su mano se levantó y limpio aquellas lagrimas que rodaban sin control.

—Yo también soy huérfano.

Replico Riddle entre susurros.

—Con el tiempo aprenderás que cosas como los sentimientos y las personas van y vienen, pero hay algo que nunca se va, tu persona.

//Cancelada//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora