06

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NOTA: Dedicado a un gran amigo que tuve, por privacidad no revelare su nombre, pero me tomare la libertad de llamarlo Natanael Adam, seudónimo que por separado cada nombre significa: Natanael (del griego que significa regalo del cielo) Adam (hombre hecho en la tierra).

Lamentablemente esa gran persona ya no está entre nosotros...

Hubo tanto que no te dije, tanto que nos falto por vivir y más aun considerando que eras tan joven, tan solo veinte años.

Ya no podrás estar en el plano terrenal, ni podremos cumplir nuestros sueños juntos, como lo era el graduarnos, tener por fin un trabajo como ingenieros, tanto que la vida te quito, pero este es mi intento desesperado de darte lo que has perdido, rememoraré tu memoria en papel (digital), por que la gente como tú, no debe ser olvidada.

No dejare que seas olvidado, una de las personas que mas me dio, el chico que consideraba un hermano a pesar de no compartir sangre.

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Aeternum somnium 

05

El infante suavemente miro al joven mago y sonrió sin poder contenerse.

La alegría en su rostro era indescriptible tanto que a la par de su nuevo tutor comenzó a caminar a su lado dando ligeros saltitos de felicidad.

Ni siquiera tenia la mas remota idea de como se llamaba el mago, ni si era una buena persona, pero la mera idea de no estar solo le era suficiente como para pensar en superar y tolerar cualquier cosa.

Sus pequeños ojos de color café miraron de un lado a otro, era complicado para él, como para todos observar las calles destrozadas.

A veces uno es demasiado joven como para entender el verdadero significado de perderlo todo.

El ser humano suele asumir que siempre se tendrá a la familia, amigos y demás personas siempre cerca de nosotros.

Pero la vida es tan efímera que a veces solo se necesitan unos segundos para que aquello que te da felicidad o aquello que consideras rutina cambia.

A pesar de que habían muerto hace ya un tiempo aun tenia la esperanza de ver a sus padres ir a buscarlo, verlos sonreír y tomarlo de la mano, pero esa idea solo era un sueño, uno de esos sueños que por mas que rezara a Dios, jamás pasaría.

Esa era su nueva realidad, ya no tenia familia ni un hogar al cual volver y eso sería algo que jamás podría olvidar.

Se había peleado con su padre y madre, estaba enojado por que sus padres no le dejaban usar su magia con libertad por vivir en una zona llena de muggles.

Sus padres eran llamados por los demás magos traidores de sangre, por que desde que inicio la guerra ellos se mudaron al mundo muggle para apoyar en la guerra.

El infante no sabía lo que era la guerra, pero si que entendía la ardua labor de sus padres, siendo que su padre devoró libros de medicina muggle acompañado de su madre que noche tras noche con ayuda de su varita mágica confeccionaba un sinfín de ropas para aquellos que la necesitaran.

Cada viernes vaciaban poco a poco su bóveda y cambiaban las monedas con el único fin de ayudar a los damnificados.

Pero claro, el niño tenia que ser un niño.

El sábado, ese sábado...

Había escapado de casa en una medida desesperada de ser libre, libre de reglas, libre de sus padres.

Dijo, grito y pensó tantas cosas que eran producto de la furia del momento.

Cosas que jamás fueron parte de su corazón.

Era realmente una lastima que el ultimo recuerdo de sus padres antes de perecer entre las llamas de la destrucción masiva fuera a su tonto hijo gritar y decir "te odio", "ojalá no fueras mi madre."

La sola idea de su madre en casa llorando mientras era consciente de su final, le estremecía el corazón y la conciencia.

Puede que el no fuera el culpable de la guerra, pero si quien rompió el corazón de sus padres.

Es irónico como sus padres, que siempre fueron buenas personas habían partido, mientras que el, un mal hijo estaba ahí, vivo.

Las palabras del párroco golpeaban su mente.

"La gente buena muere primero, los pecadores son los que llegan a la vejez, esta vida es el purgatorio y la vejez el infierno, al ser una realidad donde solo vivimos de recuerdos, lo que fue y lo que se fue."

Él era malo.

El que él estuviera con vida después de tal terrorífico evento, era la prueba.

Después de la caída de las bombas, tuvo que vivir por pasar por mucho, desde encontrar entre miles de escombros los cadáveres sin vida de sus padres, observar impotente como sus amigos morían en medio de la agonía y dolor.

El infierno se había adelantado para él.

Las bombas habían alcanzado a muchos y miles, conocidos y ajenos.

Pero le era complicado diferenciar que era peor, si ver morir impotente a sus seres amados o vivir las secuelas de las bombas.

Sin duda cual fuera que fuera la peor situación, daba igual, por que muy dentro de si estaba roto y no sabía qué hacer.

Por que vivir con dolor es complicado, pero vivir con la duda del que hubiera pasado si tan solo hubiera sido un buen hijo...

Eso era un martirio.

Natanael Adam, tal como había sido llamado por sus padres, miro otra vez con admiración al joven mago, a sus ojos aquel mago que con un rostro y una apariencia reluciente ocultaba un corazón lleno de maldad y helado, pero para el joven e inocente alma infantil solo representaba una cosa. Esperanza.

No demoraron en llegar a la zona que los lacayos de Bleu habían seleccionado para la venta por lo que inconscientemente se aferró al mago.

Solo necesitaba una confirmación.

El niño suavemente jalo la mano de Tom y pregunto.

—¿Cumplirás tu parte del trato?

Lo miro expectante mientras este reía.

—Cumpliré.

La mano de aquel mago era fría a pesar de que se encontraban siendo golpeados por los fuertes rayos del sol, casi helada y de no ser por el suave latido del corazón del mago, casi podría jurar que tomaba la mano de un muerto, un factor que a la mayoría llegaría a ser incomodo e incluso ser un factor para cuestionarse, pero para el infante no lo fue.

Haría lo que fuera para jamás perder su última esperanza, al mago de cabello oscuro y rizado. 

//Cancelada//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora