“Te prometo tener siempre mi mejor sonrisa preparada para ti, para que seas inmensamente feliz”(Mía)
Mire el reloj que se encontraba encima del buró junto a la cama. Eran las nueve treinta de la mañana y aún permanecía acostada con algo de sueño.
Recuerdo que llegamos tarde anoche después de aquel acontecimiento, aún estaba asustada después de ello. Recordar a Sanders en ese estado me dolía.
Josh, permaneció tranquilo pero se que también estaba confundido y abrumado como yo. Lo único que queríamos era llegar y hacer como si nada hubiese pasado pero el imaginar de nuevo aquello, era revivir ese mal rato.Josh, no había dicho nada en el transcurso del camino pero sabía que también estaba exhausto. Solo tomamos un poco de café y platicamos de otras cosas y aunque trate de enfocarme en lo que me decía mi mente viajo a un amargo recuerdo;
“Óyelo bien Míaly, haré todo lo posible por alejarte de ese imbécil de Albassiner, Incluyendo… matar. Eso te lo juro”.
Y recordé las palabras de Santi también:
“Mialy, óyeme bien. Te prohíbo rotundamente que lo vuelvas a ver. Si eso llegara a pasar, no estaré yo para defenderte y viendo bien la situación, el puede ser capaz de muchas cosas. Quedas advertida”
No aguante más y llore a mares, por más que me hacía la fuerte no podía, me era imposible no recordar. La culpa que sentía por lo que hacía Alam era inmensa y ni sabía que hacer. Me quedé dormida. Suponía que Josh, me había traído a la habitación.
Me levanté sin ganas frotando mis ojos. Me dirigí a tomarme un baño rápidamente. Me puse una falda floreada con una blusa negra que descubría mis hombros un poco y zapatos bajos. Me amarre el cabello dejando un mechón en mi frente y me puse un poco de maquillaje. Me dirigí a la puerta y para mí sorpresa el estaba ahí.
-¿Cómo amaneciste mi amor? – Un poco asustada por verlo repentinamente, le sonreí.
Josh se había bañado y cambiado. Lucía tan bien. Se había puesto unos pantalones color gris combinada con una camisa negra, zapatos negros y se había afeitado un poco. Y su aroma penetrante invadía todo el lugar como siempre. Me encantaba.
-Bien, gracias a Dios descanse ¿Y usted?
-Yo descanse bien – Sonrió levemente mientras pasaba y dejaba en el buró una bandeja con el desayuno que traía. Después me miró fijamente acercándose y tomando mi rostro – ¡Que hermosa estás! – Me sonroje – ¿Cómo te sientes? – Me refiero a… Sanders.
Suspiré.
-No mentiré, me siento mal aun. Pero trato de no pensar en ello – Sonreí.
-Todo estará bien amor – Depósito un beso en mí frente.
-¿Esto es para mí? – Pregunté con pena.
-Así es – Confirmo – Quiero que desayunes bien, yo iré a ver a Marroquín – Decía soltando mi rostro lentamente.
-¿Puedo acompañarlo? – Le Sonreí.
-¿Segura que quieres ir? – Asentí positivamente – Está bien. Pero come mi amor.
-¿Usted ya desayuno?
-Solo algo de café. No tengo apetito por ahora – Sonrió.
-Entiendo, pero le recuerdo que cuando nos casemos usted tendrá que ir bien desayunado – Ese comentario salió sin pensar causando calor en mi.
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Quédate a mi Lado
RomanceDicen que cuando te enamoras sientes que todo tiene sentido. Que la vida es de color rosa, azul o morada (Cualquier color es válido). Pero cuando pasa lo contrario por ciertas diferencias, el color se vuelve frío y gris. Te envuelves en la cobija d...