Cap. 41

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"No hay diferencia entre la luna y yo, ambas necesitamos de alguien para brillar"





(Mía)




-Tengo que irme.

Josh, me había traído a mi casa después de estar todo el día con, Kary. No menciono nada acerca de la reunión con su hermano Aidan, además estaba extraño, muy pensativo. Sabía que había pasado algo pero decidí dejarlo así, fue un día largo y merecíamos descansar.

-Por favor, ve con mucho cuidado - Le respondí preocupada.

-Lo haré, descansa amor. Discúlpame con Gratel, mañana vendré - Comento con pesar.

-No te preocupes, ella entiende toda la situación - Le sonreí.

El sonrió levemente y depósito un beso en mi frente, después me abrazó muy fuerte - Te amo, nunca lo olvides.

Esta acción me resultaría tan normal y común entre los dos. Sin embargo, el tono de su voz era entrecortada, con un sentimiento lleno de nostalgia y preocupación, había algo en ello que me hizo sentir demasiada tristeza.

-También yo te amo - Conteste tratando de no llorar - Dios te bendiga.

Subió al auto y lo vi marcharse en el, lo mire hasta perderse en el camino. Suspire tratando de tranquilizarme, después entre a casa.

-¿Mamá?

-¡Hija, que alegría! - Me dijo mientras me abrazaba - ¿Cómo te fue cariño?

-Mas o menos mamá - Comenté con algo de nostalgia.

-¿Paso algo? No te veo bien. Además de lo que sucedió con el joven Conner, ¿Ocurrió otra cosa? - Menciono preocupada.

En lo que pensaba si decirle todo, mi madre me ayudó con mi equipaje hasta la habitación. Cómo siempre era su costumbre limpiar y cambiar las cosas, no era de extrañar que todo estuviera en perfecto orden. Todo olía tan limpio y se sentía fresco, admito que extrañaba mi hogar.

-¿Ahora si me dirás que pasa cariño? - Su tono era de suma preocupación.

Mire por un momento a esa mujer con expresión nostálgica. Nunca había pensado en mi familia biológica, mi madre o mi padre, no sabía si tenía hermanos, primos, tíos o abuelos. Nunca, hasta ahora.

Pero desde que conocí a Gretel, quien me trato como a la hija que ella siempre deseo, me cuido, me crío y me dio el amor que a ella le sobraba, no me faltaba mi familia biológica, porque en ella lo tenía todo. Así que no podía ocultarle nada de lo que había pasado. Sería traicionar ese amor que ella me ha dado desde que la conocí. Al menos eso yo así lo sentía.

La abrace y no pude evitar llorar. Le conté todo.

-Tranquila cariño. Ya estás en casa, todo está bien.

-¡Por más que lo pienso no se porque actuó de esa forma! ¡De niños el era diferente!

-Porque su corazón ya es así cariño - Explico - El hombre es malo por naturaleza, por eso es que necesitamos de Cristo.

-Lo sé mamá.

-Prométeme que de ahora en adelante no estarás sola, estarás con Kary, Josh o Santiago. Me contarás todo, lo más mínimo mi niña. No importa que sea me lo dirás ¿Entendido?

-Esta bien mamá no te preocupes, sabes que no te ocultaría nada - Me relajé.

-Bien mi vida, ahora ve a ducharte que ya estará la cena.

Quédate a mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora