Cap. 21

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“Y era verdad. Cada vez que lo observaba sonreír, era como revivir cada nota
musical que creí que estaba extinta”

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- ¿Joshua… que paso en la oficina? – Menciono Damián impresionado mientras miraba mi brazo – Salí a buscarte y no estabas. Solo observe que sacaban de tu oficina la mesa de vidrio. Al parecer…  rota.

-Si. Se rompió la mesa – Mencioné con cierto sarcasmo.

- ¡¿Que se rompió?! – Menciono incrédulo - Te subiste en él y se rompió quiero suponer – Dijo irónico.

-Hubo un inconveniente, pero ya paso – Le dije indiferente.

- ¿Inconveniente? ¿A eso le llamas inconveniente? – Me dijo mientras señalaba mi mano – ¿Joshua, que paso?

-Nada.

- ¡Joshua, ¿Qué ocurrió?!

-Te he dicho que nada importante, no sé porque la insistencia – Espete molesto.

-Porque hace tanto tiempo que no te ponías de esa forma. Esta es la segunda vez que te sales de las casillas, el doctor te lo dijo Josh, una más y no volverías a tocar. ¿Qué fue lo que te hizo reaccionar de esa manera?

- ¿Quieres saber el porqué de mi herida, o quien provoco mi reacción?  - Me miro confundido – Bien, Sanders. Desde que llego, no me deja en paz. Lo peor es que… Mia cree que es una gran persona.

Solo observe como se tocaba la cabeza con cierta molestia y algo de inconformismo. Estaba muy enojado, pero no me dijo más acerca de él. Puso las manos en la cintura y me miro con seriedad.

- ¿Qué te dijo el médico?

-Lo que es obvio.

-Esa mano se te puede infectar, ¿Has ido a revisión? – Me dijo demandante.

-Iré más tarde.

-La veo hinchada.

-Estaré bien, tomare los analgésicos y me iré a descansar.

- ¿Qué harás con Sanders?

-Que no se le ocurra aparecer en la oficina, porque terminare por perder el brazo y el, el perderá no solo el rostro – Si, lo admito. Estaba demasiado molesto, no pensaba en lo que decía, pero, era comprensible ¿No?

*

- ¡¿Que pasa contigo Joshua?!, te dije que controlaras tus impulsos ¿Sabes las consecuencias que trajo tu carácter?

A veces no entiendo a Damián, entre más se le dice que uno está bien pareciera que le entra y le sale por una oreja. No paso mucho que, Aidan llego de Fresno junto con Kenny y …

-No pasa nada, ya te dije que estoy bien.

- ¡¿Bien?!, ¿Ya te miraste esa mano? – Decía con irritación – ¡Te dije Josh, te advertí que controlaras tus ataques de ira!, ¡Mira lo que paso, y el motivo aun no lo sé! – Mencionaba molesto de un lado para otro en mi recamara, y hace tanto que no lo veía así. Sabía que estaba más preocupado que molesto. Era un tanto irónico - ¡Te diste cuenta que eso afecto a mucho!, ¡No podrás tocar ese piano de nuevo!

Quédate a mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora