"Si es que aún hay esperanza, házmelo saber con una mirada"
Estábamos los dos en su casa, en el camino no mencionó nada y aun que el parecía más tranquilo, la realidad era que no. Aun que me hablaba aparentemente normal podía sentir la incomodidad, la tensión, la preocupación, incluso dolor. No podía verlo así. Era la primera vez que lo notaba así de mal.
Estábamos en la cocina. Preparaba algo de té, pero no dejaba de pensar en lo que, Alam menciono y el cómo Josh le afecto. Había algo muy serio aquí, y tenía que saberlo.
-Josh...
-Creo que hay que ir a la casa grande - Menciono tras levantarse del sofá - Gretel se va a preocupar de nuevo.
-Josh, espere... - Lo seguí hasta la habitación.
-Mia...
Lo mire por un momento a los ojos. Estaba tan aturdido y confundido. Sabía que me ocultaba algo muy importante. Algo que lo marco también. Sus ojos cafés, que eran más negros y profundos lo delataban.
-Josh - le dije mientras aun sostenía la mirada en la mía - Hay algo que aún no me dice, dígame ¿De qué se trata, que es?
El solo me miro, sonrió sin ganas y tomo mi mano para después depositar un dulce beso, tierno y delicado. Eso me tomo por sorpresa.
-No hay nada. Estoy bien, no se preocupe.
-Por favor - Insistí - ¿Dígame que pasa?
El volvió a posar la mirada en mí. Solo sentí su agarre en mi cintura y me acerco más a él. Me estaba abrazando demasiado fuerte, como si le costara decirme lo que le ocurría. Como si no quisiera recordarlo.
-Me está asustando - Le decía mientras sentía su respiración en mi cuello la cual era muy acelerada. Estaba tenso, nervioso, preocupado - ¿A caso no confía en mí? - Él se sobresaltó.
-No es eso, Mia.
-Entonces, dígamelo por favor - Le suplique - Sé que no soy nadie para que usted me lo diga, pero...
-Usted es más de lo que se puede imaginar, pero si se lo digo, me odiara Mía, me dejara también - Me sobresalte al escucharlo decir eso, con una angustia acompañado de una voz ronca y profunda. No sabía qué hacer. Jamás lo había visto así de vulnerable. El Joshua fuerte y decidido estaba decaído. No sé a lo que refería con eso de odiarlo y dejarlo. Me pregunte qué era eso que tanto guardaba, que lo mantenía así en esa postura. Solo pensé que tal vez era algo demasiado malo como para mantenerlo muy furtivo.
"Oh, Dios mío, por favor ayúdame. Dame palabras para reconfortarlo, él te necesita. Sea lo que sea, el tendrá mi apoyo, pero sobre todo el tuyo."
-Le prometo que no - Le dije tras soltarme un poco y volverlo a mirar a los ojos. Había algo en ellos, algo diferente, algo... extraño ¡No puede ser! - ¡QUITESELOS! - Le dije demandante.
- ¡¿Como?! - Sentí como todo su cuerpo se había tensado y sobresaltado al escucharme decirle eso.
- ¡QUE SE LOS QUITE! - Le mencione al señalar sus ojos con la mirada.
-No se dé que me habla - Me dijo de momento tras soltarme con rigidez tratando de irse rápidamente. Yo lo seguí antes de que saliera.
-No por favor - Bloquee la puerta.
- ¡Señorita, hágase a un lado! - Su voz era dura y su mirada fría.
- ¡No! ¡No lo haré!
El volvió abrazarme.
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Quédate a mi Lado
RomanceDicen que cuando te enamoras sientes que todo tiene sentido. Que la vida es de color rosa, azul o morada (Cualquier color es válido). Pero cuando pasa lo contrario por ciertas diferencias, el color se vuelve frío y gris. Te envuelves en la cobija d...