Cap. 24

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“Solo sé que, con verte sonreír, todo dolor en mi se va."

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(Mia)

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¡¿Por qué?! – Mencione desesperada - ¡¿Por qué lo hiciste?! ¡Dime!

- ¡Lo hice por los dos mi amor! – Me dijo enloquecido, mientras se movía de un lado a otro - ¡¿Sabes cuánto tiempo llevo buscándote?! ¡¿Sabes lo desesperado que estaba al no saber de ti en todos estos años?! ¡Me mataba el saber que no te volvería a ver! ¡Estaba desesperado Mialy!, ¡Entiende, fue por ti!

- ¡No Ethan, no fue por mí, fue por ti! – Lo señale – ¡Si hubieses pensado en mí, no habrías echo nada de esto!

-Te quiero a mi lado, como antes solía ser. ¿No lo entiendes?

-También te extrañe en su momento, – Conteste sincera – y te agradezco todo lo que has hecho por mi y aunque no hubo nada, porque así fue Ethan. No olvidare lo que forjaste por mí.

- Dime, ¡¿No sientes nada por mí?! ¡¿Acaso lo que vivimos juntos esos años no significaron nada?! ¡¿Me vas a decir que solo me veías como un amigo?!

-Ethan…

- ¡Yo sí! ¡Yo si sentí Mialy, y por eso hice todo con tal de verte feliz! Ese lugar no era para nosotros, por eso quería escapar contigo, pero todo se me salió de las manos.

- ¿Qué?

-Después te vi en la oficina y sentí algo, físicamente no te reconocí, pero te sentí en el corazón. Supe que era por algo y por eso insistí en acercarme a ti, después me di cuenta de que eras tú, y principalmente que aun te quería y es por eso que hice lo que tenía en mis manos.

-Pero no te dio derecho hacer esto. Involucraste no solo a Damián, sino a Josh, ellos no tenían nada que ver.

- ¡Josh, Josh, Josh… Josh! ¡Estoy harto de escuchar su nombre en tus labios! ¡Ellos son otro asunto! ¡Entiende!

- ¡No entiendo, Ethan! ¡No lo entiendo! – Mencione afligida – ¡¿Qué hay de tus ojos, porque los cambiaste?! ¡¿Acaso también era parte de todo esto?! - El no menciono nada, solo agacho un poco el rostro para después encararme de nuevo.

-Eso es porque, así lo quise – Solo menciono eso y no dijo más.

-Necesito irme…


*

(Josh)

Nos encontrábamos los dos en la habitación. Me hallaba sentado al borde de la cama mientras acicalaba su cabello. Ella mantenía su cabeza recostada en mis piernas, acurrucándose más a mí. Podía sentir su calor. Estaba más calmada, relajada. Podía sentir su calor, desprendiendo su aroma dulce y fragante. Nunca planeé esto, pero me alegraba en cierta manera. Por alguna extraña razón tenía la necesidad de contarle algo, de desahogarme. Sabía que esto cambiara parte del rumbo de nuestras vidas.
Ella abrió los ojos cuando deje de tocarla y sin decir nada, solo me miro. Estaba atenta, prestando atención.

Quédate a mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora