"Su sonrisa me cautivo en un momento, pero sus ojos no los conocía."Después de tomar aquel desayuno, nos dirigimos a la empresa. En verdad pareciera que fuera la primera vez que lo veía. Era demasiado grande, tanto que no podía dejar de impresionarme. Y lo que más me tenía impresionada era saber que el dueño era justamente el joven que se encontraba a un costado mío.
Atravesamos las puertas que eran de cristal. Y nos adentramos más afondo. Subimos por el elevador para llegar al noveno piso y al llegar cruzamos por otra puerta, la cual no era de cristal. Dentro, estaba la que sería mi escritorio personal y en el interior había otra puerta un poco más grande. Esa era la oficina de Josh.
-Bien señorita Mialy -Me dijo el observándome detenidamente - Sea bienvenida.
-Gracias - Le sonreí.
-En unos minutos más llegara Damián. Por favor, en lo que llega, conozca a detalle su oficina.
Asentí y vi como él se adentraba al suyo. El escritorio era muy hermoso, parecía madera fina y el resaltado color azul marino le daba vida a lo blanco de las paredes del lugar. Tenía una silla muy cómoda también. Empecé a observar con detalle cada objeto y la forma en la que permanecían acomodados. Sobre el escritorio se encontraba una computadora normal y otra portátil. A lado estaba un teléfono conectado a la pared. En cada cajón había cuadernos y papeles acomodados, revisé unos y no entendí nada, estaba repleto de números y letras entre otros. Sería un poco difícil entender tanto número.
Cada bolígrafo estaba en su lugar. Mire por un momento un pequeño libro que me lleno de curiosidad. Se encontraba arrinconado en lo más profundo de los cajones, en la parte inferior del mueble. así que no dude y me agache un poco para tomarlo. Cuando estaba a punto de hacerlo, un golpe leve, pero afanoso me hizo casi caer por la impresión.
Era un joven de entre 27 o 28 años, admito que era atractivo. Sus ojos eran azules y su cabello lo tenía peinado hacia atrás, era color castaño. Al parecer era lampiño, ya que no traía barba. Tenía un traje color negro y una camisa azul marino. Su cuerpo era algo corpulento, aunque no como el de Josh o Damián. Pero... extrañamente me era familiar.
-Buen día, Señorita - Me dijo con educación - Necesito que me anuncie con Villalba, por favor. Es urgente.
Me lo quede viendo unos segundos con algo de confusión, realmente no sabía quién era Villalba y tampoco sabía cómo debía anunciar a Josh, mucho menos sabía si era debido interrumpirlo en su oficina. Me quede estática viéndolo.
- ¿Se encuentra bien? - Me dijo con una sonrisa.
-Si yo... - ¿Qué haría? ¿Debía llamar a Josh a su puerta?, y el teléfono... me estaba empezando a poner nerviosa, desesperada.
-Entiendo. Es su primera vez en esta empresa, ¿Cierto? - Me dijo con cierta curiosidad. Y como no, se me había resbalado el teléfono al tomarlo por los nervios y comencé a temblar hasta sudar. Me agache para levantarlo, pero él ya lo había hecho por mí.
Me quede observándolo por unos minutos y el hizo lo mismo.
Me miraba con tanta atención como si tratara de recordarme. Sin embargo, yo no lo había visto en mi vida y que fuese cliente de la florería lo dudaba. No, absolutamente no lo conocía.- ¿Disculpe, pero... nos hemos vito en alguna otra parte? - Me dijo sonriente.
-Yo... lo dudo - Respondí un poco nerviosa tomando el teléfono.
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Quédate a mi Lado
RomanceDicen que cuando te enamoras sientes que todo tiene sentido. Que la vida es de color rosa, azul o morada (Cualquier color es válido). Pero cuando pasa lo contrario por ciertas diferencias, el color se vuelve frío y gris. Te envuelves en la cobija d...