"Me perdí en su mirada, una mirada penetrante e hipnótica. Eran sus ojos color café, un café que quitaban el sueño a cualquiera."-¡Niña, apúrate! -Dijo Santiago desde la camioneta.
-¡Ya voy! -Le grite -Sabias que a veces sueles ser demasiado irritante -Le dije con el ceño fruncido mientras me subía y cerraba la puerta.
-Tengo demasiado trabajo en el taller Mia. Si se entrega esto lo más rápido posible mejor para mí -Decía con irritación.
-En verdad ya necesitas una esposa -Le dije en broma -Cada día te estas poniendo más ogro. Lo peor es que yo recibo los gritos -Le mencione mientras me ponía el cinturón de seguridad.
-¿Esposa? -Dijo un poco serio -Mia...Pensándolo mejor... ¿Quieres ser mi esposa? -Me dijo coqueto -Si tú quieres podemos ir los dos y... no sé, ya sabes... -Menciono muy seductor.
-¡SANTIAGO! -Le grite sonrojada -Deja de decir eso y vámonos ya.
-No tontita. Me refiero ir los dos al registro civil -Me dijo sonriente -¿En qué pensabas pervertida?
-Tonto -Fingí estar molesta, ya sabía cómo era él.
-Sabes que es broma Mia -Decía entre risas incontenibles -Debes ver tu rostro... pareces una manzana...Por eso te quiero tomatita...
Santiago es un joven muy guapo, no podía negarlo, en el fondo tiene unos sentimientos tan nobles que lo hacen ser único. Pero los dos sabíamos que no podíamos porque simplemente no había esa chispa que todo mundo dice tener al ver a la persona que según es la indicada.
Aunque a veces Gretel decía lo contrario.
El me lo ha dicho y yo lo sé. Me ama como su hermana, aunque a veces suele molestarme y hacerme reír de esa forma. A si era él. A si es Santiago.Durante el transcurso del viaje no decíamos nada. Él estaba muy centrado en el camino y yo un tenía algo de sueño.
Llegamos a dicho lugar y lo primero que Santi hizo fue a la recepción a dar aviso de la entrega. Yo estaba afuera recargada en la puerta del conductor con mis dos brazos cruzados, el clima era un poco fresco, por ser de mañana, así que quise traer un suéter delgado y unos mezclillas entubados.
Vi llegar a un auto negro elegante.
Se estaciono enfrente de la empresa y vi que salió un joven. Tenía unos lentes oscuros y voltio hacia mí.
Me estaba observando.
Yo también lo mire. Observe como se quitó los lentes para guardarlos en su traje. Solo me sonrió, me guiño un ojo y se incorporó al lugar. ¿Qué le pasa a ese tal Conner?-Bien Mia, ya hable con la recepcionista. Es hora de bajar los arreglos -Me dijo Santi.
-¿Te ayudo? -Le pregunte mientras estaba a punto de tomar uno.
-A observar solamente.
-¿Qué?
-Oíste a mi madre, si tocas uno me mata a mí.
-Pero...
-Ya escucho Señorita -Esa voz de nuevo me erizo la piel -No se preocupe por ello, vendrán a ayudarle. De eso ya me encargue -Gire rápidamente y si, era él. Era Conner. Otra vez el.
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Quédate a mi Lado
RomanceDicen que cuando te enamoras sientes que todo tiene sentido. Que la vida es de color rosa, azul o morada (Cualquier color es válido). Pero cuando pasa lo contrario por ciertas diferencias, el color se vuelve frío y gris. Te envuelves en la cobija d...