🌹|| "20"

833 86 13
                                    

Todos estaban mirando las muchas obras que se encontraban en el lugar, algunos se habían ido por otros lado para ver todo con mayor detenimiento.

Aunque no le perdían la vista al Omega, algunos le hablaban por turnos o solo se le pegaban, comentaban con el las obras que le gustaban o le daban cumplidos coquetos. México no se molestaba por eso, pero Tlecuauhtli si; les "pegaba" si se acercaban de más, y de una manera cómica trataba de gruñir a modo de advertencia, mostrando sus dientes en crecimiento.

Esto hacía a México reír, pero también le decía que no hiciera eso. Después no quería que el niño le estuviera gruñendo a cualquier persona que no quisiera. Los Alfas se alejaban del pequeño, para que no siguiera haciéndolo y también para demostrarle que no eran un "peligro".

Con Perú paso algo extraño, también con Austria; Tlecuauhtli también les gruñó, pero está vez juguetón, demostrando su alegría al verlos y confianza. Oh, claro que muchos estaban celosos de esto.

Это будет сильная Альфа. [ Este será un Alfa fuerte ].

Rusia se acercó mirando curioso al niño, detrás de México.

— Como yo, obviamente — contesto México señalándose a si mismo con una sonrisa orgullosa.

— Si, como usted — afirmó mirando la sonrisa del Omega.

— No me hables así, haces que me sienta viejo — se "quejo" mirando a Rusia, como si estuviera haciendo un berrinche.

— Lo siento.

Rusia siguió caminando a lado de México, viendo y señalando pinturas que al moreno le podrían gustar. No estaban hablando mucho pues ambos disfrutaban del arte en las paredes, era todo ciertamente hermoso y tranquilo.

Tlecuauhtli miro por el hombro de su papá, viendo de inmediato al albino, así que extrañamente también le gruñó juguetón. Rusia lo miro extrañado, pero contesto con un gruñido en el mismo tono, algo que hizo que el niño riera emocionado y pataleara un poco.

Pero tuvo que calmar a ambos, sino los iban a sacar del museo, algo que ninguno de los dos adultos quería. Así que solo siguieron el recorrido, seguían a Brasil quien les hablaba animado de las cosas que había en el lugar, estaba hablando con orgullo; cuando terminaron el recorrido decidieron ir a caminar a las muchas de las tiendas que estaban abiertas. Estaban en la Avenida Paulista, que se caracterizaba por tener una gran variedad de tiendas o restaurantes, incluso podían ir a tomar un café.

Todos querían ir con México, pero no todos podían hacerlo. Así que solo estaba Rusia, Alemania, Japón y obviamente Juan acompañando al moreno y a su cachorro. Japón prácticamente arrastraba a los cuatro para ir a ver todo, estaba muy entusiasmado y quería ver cada una de las tiendas que había.

Entre vuelta y vuelta, México se dió cuenta que de nuevo alguien se le había pegado a Juan, parecía ser un Alfa bastante adinerado, pero como siempre Juan lo mando a la chingada.

— Traes pegue — le dijo México señalando al hombre que los estaba siguiendo sin descaro.

— Odio cuando pasa esto — se quejo gruñendo mirando una de las camisetas en un aparador de una tienda.

— Se ve que le agradas, anda ve con el. O te vas a morir solo — dijo México tratando de hacer enojar al hombre.

— Prefiero eso.

Japón tomo del brazo a Juan y le dijo que lo acompañará a ver la ropa, todos entraron. Alemania se quedó viendo unos pantalones por allí, mientras que Rusia fue a ver unas sudaderas; Japón estaba a lado de México enseñándole una ropita para bebé que posiblemente le gustaría a México y a Tlecuauhtli, México también miraba la ropa queriendo una camiseta verde militar de manga corta y de botones.

CONQUISTANDO AL ÁGUILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora