🌹|| "37"

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Cuando el auto por fin se detuvo en la casa de Brasil, Japón y Rusia agradecieron a los dioses (si es que existían) por la piedad que les tenían. Japón despertó a México moviendo ligeramente su hombro.

— México, Méxicooo~ llegamos — hablo bajito.

Ajam... Vam-...— y volvió a dormirse.

— No puede ser — gruño Juan desde el asiento del copiloto, se dió la vuelta para dirigirse a su jefe — ¡Elooote, papa, chayoteeee!

— ¡El elotero! No mames se me va a ir — como alma que lleva el Diablo salió del taxi empujando a Rusia en el proceso.

Las dos representaciones se quedaron callados algo confundidos viendo a México buscar con desesperación al dichoso "Elotero", Juan simplemente bajo del auto y finalmente le pagaron al taxista por aguantarlos todo el camino.

Japón calmo a México explicando que no había dicho hombre en el lugar; el moreno amenazó a Juan con bajarle el sueldo por la broma y a pasos rápidos entraron a la casa.

Al entrar se dieron cuenta que la gran mayoría estaba jugando vídeojuegos y la otra parte podría estar en el patio haciendo sabe que cosas; Colombia y Ecuador se le pegaron a México ambos también siendo abrazados por el moreno sin objeción y mirando retadores a los dos más altos detrás de México. Rusia simplemente les vio serio y Japón miro a otro lado con desagrado.

— ¿Dónde está mi bebé? — pregunto acomodando su camisa después del gran abrazo a los tricolores. 

— ¡Aquí estoy! — Argentina llegó de la nada abrazando a México por la espalda con una sonrisa de oreja a oreja.

Agh, no, tu no. Baboso — negó México divertido tratando de apartarse de Argentina.

— Oh cariño, si me sigues insultando no te besaré — amenazó frotando su cabeza contra el cuello del moreno.

— ¿Premio o castigo? — pensó en voz alta.

— Que cruel, está bien tu ganas — se rindió Argentina soltando a México — Tlecuauhtli está en el patio con el resto.

— Gracias.

— De nada bombón~ — dijo con un tono juguetón dejando un beso en la mejilla del Omega antes de que se le escapara.

México se sonrojó por el apodo pero prefirió buscar a su pequeño hijo deseando ya tenerlo en sus brazos. Sonará exagerado, pero los Omegas no pueden estar mucho tiempo lejos de su cachorro o se pondrían muy nerviosos temiendo que algo les haya pasado y México era precisamente de esos Omegas que quieren estar todo el tiempo con sus adorables cachorritos.

Cuando salió al patio Bolivia le saltó a los brazos dejando un beso en su frente con una sonrisa, México río apenado por el gesto pero solo le acaricio el cabello al boliviano para agradecer.

— Tlecuauhtli, mi niño del Diablo — llamo a su pequeño.

Tlecuauhtli dejo de jalar las mejillas de Ucrania y empezó a pedir a gritos los brazos de su papá. Ucrania rápidamente lo devolvió al Omega y sonrió ligero cuando ambos mexicanos soltaron unas risas al estar cerca de nuevo.

— ¿Cómo te trataron estos locos?¿Bien? — pregunto México haciéndole cosquillas a su hijo.

El pequeño solo aplaudía y reía escandaloso por las cosquillas. Mientras que los Alfas se miraban algo serios al ser llamados "locos" por un hombre que suele montar toros por diversión. Pero esa es otra historia, Chile se acercó a México con la intención de saludarlo y preguntar cómo se la había pasado con las dos representaciones, ante esto muchos bajaron la voz para escuchar que tenía que decir el moreno sobre Japón o Rusia para saber si estaban "perdiendo terreno".

CONQUISTANDO AL ÁGUILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora