🌹|| "21"

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Todos salieron de esa parte de las tiendas y fueron a caminar por otro lado, pero Venezuela y Siria optaron por irse a casa de Brasil para evitar tanta gente chismosa.

México les dió unas cosas para que se las llevaran a la casa e igualmente otros hicieron lo mismo con sus cosas, ninguno de los dos se quejo por esto, o bueno, Venezuela no tanto como el sirio. Siria se fastidiaba rápido, pero con Venezuela era mucho más tranquilo, algo que todos notaban y les daba un poco de gracia; Siria era alguien de pocas palabras y un cascarrabias, lo que no sabían es que en casa siempre estaba mimando a Venezuela y comportándose como un gatito inofensivo, algo que a Venezuela le gusta mucho.

Cuando alejaron a la gente y se alejaron ellos mismos de todo el escándalo entonces continuaron su visita a las tiendas, todavía tenían ganas de estar comprando, viendo o comiendo en el lugar. Austria, Perú y Rusia secuestraron a Tlecuauhtli y se fueron a unos juegos un tanto infantiles, claro que México se dió cuenta de ello pero no alcanzo a decir ni una sola palabra cuando los tres ya habían escapado entre la gente, pero estaba tranquilo, pues sabía que los tres Alfas lo cuidaría bastante bien.

México por cierto había hecho desaparecer sus alas, pero no se iban de la nada, le solían quedar plumas en la espalda, se le podían notar hasta en la nuca y a lado los ojos. Además su espalda solía doler y arder después de ello.

— ¿Quieres ir a ver una ropa con nosotros? — pregunto el Uruguayo pasando su brazo por los hombros de México, algo gracioso, pues era unos centímetros más pequeño que México. No mucho, pero si se notaba de cerca.

— Claro, vamos.

Paraguay se puso a lado de Uruguay, también iba Costa Rica abrazo el brazo de México, ya que este le ofreció hacerlo y Bolivia caminando a espadas de México. Llegaron a una tienda e igualmente vieron todo, haciendo bromas y cosas de ese estilo, Costa Rica era el más calmado solo quedándose a lado de México o yendo a ver algo que le gustaba de vez en cuando.

México jugaba con las líneas del piso, lo normal y hasta se escondía entre la ropa para asustar a Bolivia o Paraguay, ya que ellos dos eran asustadizos.

— Ow, ya perdón Paraguay — se disculpo México cuando en un momento asusto de más al paraguayo con algo que le daba miedo — perdón.

Paraguay todavía tenía su cara de susto, aunque también de enojo un poco y quizá los ojos rojos era porque si lo había asustado. No le gustaban las máscaras, o cualquier representación de un humano o algo sensible. Le daban terror aunque ni él sabía explicar el por qué, simplemente le incomodaba verlos o estar cerca de ellos.

— Ow ya ,perdóname precioso — dijo México tomando las mejillas del paraguayo — ya no jugaré con eso.

Paraguay solo le vio con el seño fruncido por unos segundos y después solo ronroneo perdonando al mexicano, los tres restantes les miraron celosos; México dejo a Paraguay y se distrajo con algo que le llamo la atención, ninguno de los cuatro supo cómo, pero México se les desapareció en cuestión segundos.

Paraguay camino siguiendo el aroma de México hasta que lo encontró en el área de juguetes, dónde se negó a entrar porque había muchos peluches y cosas que le incomodaban. Uruguay le dijo que podía esperarlos en el área de ropa, ya que después iban a ir para allá.

— ¿Que haces México? — pregunto el boliviano abrazando al moreno por la espalda, recargando su barbilla en el hombro de México.

— Quiero un peluche — contesto sonriente, sin darle mucha importancia al abrazo.

— Ya eres un adulto ¿Lo sabías? — pregunto risueño frotando su mejilla en el cuello de México.

— ¿Y? Yo quiero uno, que te valga cabrón — contesto agarrando un peluche para verlo.

CONQUISTANDO AL ÁGUILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora