Cora miró con recelo la cafetera que descansaba a un lado de la estufa donde su papá estaba preparando el desayuno, y sintió grandes tentaciones en beber litros de aquella bebida hasta que sus párpados ya no fueran capaces de siquiera parpadear.
La velada en el Mystic Grill había concluido más tarde de lo que ella misma esperó. Caroline y Bonnie se dedicaron a conversar sobre temas triviales con Stefan, mientras que Cora se descubrió a sí misma conversando tranquilamente con Elena. Fue toda una sorpresa saber que ambas chicas tenían diversas cosas en común, y al mismo tiempo eran tan distintas. Podía ser que estaba cansada, pero la joven rubia podía jurar que con Elena había algo que la atraía de ella. No era atracción como la que ella sentía con Stefan, a quien trató de evitar durante toda la noche en cuanto descubrió que él venía como acompañante de Elena. Con la chica Gilbert Cora sentía una atracción como la de los imanes: dos polos opuestos que se atraían. Era bastante sencillo conversar con ella, casi como si fueran amigas de toda la vida.
Era extraño, lo sabía, pero ni siquiera ella misma se lo podía explicar. Solo sabía que se sintió segura al estar con Elena, y se maldecía a sí misma por animarse por la idea de volver a verla. Pero quería saber si aquello había sido cosa de una sola noche, o ver si podía ser más. Muchos decían que nunca sabes en quien conocerás a tu mejor amiga, pero Cora quería cerciorarse de que esto no sucediera. No deseaba forjar vínculos con nadie, y si conocía más a Elena, posiblemente encontraría la manera de alejarse de ella sin verse como una persona grosera o algo peor.
Cuando regresó a casa, en compañía de Elena y Stefan, caminata que además fue un tanto incómoda porque Cora pudo percibir las miradas que la chica Gilbert le dedicaba al Salvatore. Y él a ella. Pero eso no fue lo peor, por supuesto que no. Como si el cielo hubiera escuchado sus plegarias de que su vida fuese como la de las novelas que ella leía, la rubia había quedado en medio de los dos, teniendo así que soportar todas esas miradas que se lanzaban ambos enamorados a través de ella.
Fue, indudablemente, el momento más incómodo como vergonzoso de su vida. Por qué rápidamente descubrió que, de ser una novela romántica juvenil, ella no era la chica de la historia, sino Elena, y Cora no era más que la pobre amiga que no se quedaba con el chico.
Al menos aprendió que cuando pensara en desear algo, fuera más específica al hacerlo.
Una vez que logró despedirse de ambos chicos, quienes además la trataron amablemente, más de lo debido inclusive, Cora se sintió terrible por que no podía sentir siquiera frustración por ello. Elena había perdido a sus padres, Stefan no conocía a nadie en ese pueblo, y los dos parecían complementarse de una manera extraordinaria. Las miradas que se dedicaban decían más que todos los poemas de amor escritos desde el inicio de los tiempos hasta la actualidad, y ella no pudo sentir más que culpa, porque se sentía atraída hacia Stefan y estúpidamente llegó a pensar que a él le pasaba lo mismo, pero no fue así.
Gracias a todo esto, Cora se había metido a la cama ya después de la media noche, y no logró conciliar el sueño hasta las cinco de la madrugada, durmiendo así menos de dos horas. Y ahora estaba pagando las consecuencias de esto en la mesa de la cocina donde estaba desayunando con su padre, viéndose tentada en probar el café que él había preparado pero que sabía que no podía consumir.
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𝐒𝐀𝐏𝐏𝐇𝐈𝐑𝐄 𝐄𝐘𝐄𝐒 》the vampire diaries
Fanfiction𝗦𝗔𝗣𝗣𝗛𝗜𝗥𝗘 𝗘𝗬𝗘𝗦 ❛Tómame entre tus brazos para que pueda morir por segunda vez❜ Donde 𝐂𝐨𝐫𝐚 𝐁𝐞𝐜𝐤𝐡𝐚𝐦 llega a Mystic Falls escapando de la sombra de la muerte que la acecha y descubre un pasado tormentoso en su familia que cambiará...