Capítulo 1

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Soy Eurielle, pero mis primos Fíli y Kíli prefieren llamarme "Riel", y su uso se ha extendido por la mayoría de los enanos... No hay más remedio que sonreír a ese apodo, ya me he quedado con ese nombre.

Soy una enana con un gran linaje real. Mi padre Thorin es el rey de Erebor (un reino que nos ha sido arrebatada) y que anteriormente perteneció a mi abuelo Thrain y a mi bisabuelo Thror antes de que su vida les fuese arrebatada.

De ellos he heredado el reino, mi carácter y mi aspecto.

El reino es algo que prefiero olvidar, puesto que no me siento preparada para dirigirlo y confío en mi familia para ello... de momento me preocupo por ser una enana más: luchadora que sobrevive lanzando cuchillos.

Mi carácter es rudo e inseguro, me siento débil contra la enfermedad del dragón (aunque aún no he sido puesta a prueba) y mi aspecto es el de cualquier enana de toda la Edad Media. Aunque sinceramente, la barba y el pelo por el cuerpo me pica y por ello voy siempre aseada, con la cara limpia y los pelos recogidos en trenzas.

Mi familia ha decidido marchar hacia la Montaña Solitaria y matar al dragón, y yo no estaré fuera de esa expedición. Mis primos y yo hemos creado una alianza en la que nos ayudamos mutuamente, y así hemos conseguido marchar en la compañía de Thorin Escudo de Roble. Por eso ahora voy a cenar en la casa de un hobbit, llamado Bilbo Bolsón (me resulta gracioso su nombre).

No es un trayecto demasiado largo ni peligroso, y aunque no me acompañe nadie siento que es liberador andar bajo la protección de la luna y de sus aliadas las estrellas.

Camino sola por el fácil camino que me dirige a un agujero hobbit y espero sinceramente que sea como dicen: un agujero en el suelo que no es húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad

Frente a la puerta, antes de llamar, escucho gritos y suplicas, por lo que intento llamar fuerte para que me oigan. El sonido no disminuye, pero la puerta es abierta y puedo contemplar a mi anfitrión. 

— ¡Más enanos no!

— Técnicamente soy una enana —y con estas palabras paso hacia el interior.

Tenía puesta una capucha azabache y la dejo junto con el resto, son doce. Deduzco que mi padre aún no ha llegado, puesto que su costumbre por ir solo hace que se pierda fácilmente.

Me dirijo hacia el salón, donde están moviendo las mesas y colocando sillas, y antes de que me reconozcan y monten un numerito comienzo a ayudar. Mis primos se percatan de mi presencia y alegres vienen hacia mi.

— Vamos a ir en la compañía de Thorin.

— Lo he supuesto al veros — nos reímos y terminamos de poner la mesa—, con suerte la tía no ha pensado en vuestras trastadas.

La comida está rebosando por todos lados, y tras saciarnos recogemos a nuestra manera. 

La cena ha sido una fiesta repleta de alegría y con canciones e incluso bailes en la mesa que no han hecho que piense en el pequeño hombrecito, sino que he pedido a gritos que se volviese a cantar. Sin embargo, las fiestas y los banquetes siempre llegan a su fin y aunque en nuestro caso no haya sido la falta de comida, mi padre ha llegado. Eso significa lo que es: seriedad, tranquilidad y comportarnos como verdaderos enanos que somos.

Mientras mi padre cenaba me ha dado tiempo a reflexionar en los ojos castaños de aquel hombre con rizos hasta en los pies. 

Me siento bastante mal por el pobre hobbit: estamos invadiendo su casa. Él no sabe por qué estamos aquí y mucho menos nuestros propósitos (creo que nadie le ha dicho siquiera que esta cena tendrá posteriormente su recompensa monetaria). Le hemos vaciado toda la despensa y hacía unos minutos nos habíamos puesto a cantar una canción en la que rompíamos sus pertenencias. Pero el colmo ha sido mi padre, que serio, ha comentado el difícil acceso del hogar (algo que creo que es completamente falso y más con el escándalo que hemos montado).

En el discurso no he estado muy atenta, aunque al parecer Bilbo sí. Le han entregado su contrato oficial, del que todos hemos firmado anteriormente de acuerdo a los conceptos y que incluso hemos incluido algún apartado, y ante la sorpresa de todos se ha desmayado.Aunque era bastante previsible ante los comentarios de Bofur, gran persona si no eres su enemigo, pero ¿para que mentir? Todos los enanos somos así, mejores de amigos.

Con la mirada en el cuerpo que dormía en la alfombra, me he acercado al istari Gandalf que, por sus propias ideas, ha decidido acompañarnos (algo de lo que le estaré sumamente agradecida hasta mis últimos días)

Gandalf es un hombre de sabias palabras y gran amistad con quien tengo un profundo lazo de cariño y quien, al parecer, también es amigo de la familia Bolsón. Es demasiado persuasivo pero creo que con Bilbo se puede haber equivocado. 

No tengo nada en su contra, pero lo veo demasiado indefenso, sabiendo que seguramente tengamos que hacer algunos de su escudero. No tiene ninguna habilidad en la lucha, ni tampoco es capaz de soportar grandes esfuerzos... Puede que sea silencioso y astuto (y eso es lo que necesitamos de un saqueador) pero sigo sin verle con demasiada experiencia.

Y sé que debería de aprender de una vez que las personas no son lo que aparentan (hubo una temporada en la que me obligaron a llevar hasta guardaespaldas), pero sigo siendo una enana con cualidades secas y eso se lo tengo que agradecer a los Durin.

El pelirrojo nos ha dado mantas y nos ha dejado el salón para dormir, algo que yo le he agradecido con una sonrisa. El mago gris no ha conseguido convencerlo, tenía razón (aunque en el fondo esperaba que no fuese así). 

Siento mi ánimo algo alicaído y se lo asocio a la falta de sueño (porque puede que sea una enana pero no tengo cuatro estómagos como los hobbits), y con un humor extraño siento algo de enfado con el hombrecillo de pies peludos. Él pasará una agradable noche en su cómoda cama, yo mientras tendré que encontrar algún lugar apartado donde pueda huir de los ronquidos generales de mi pueblo (y por suerte esa característica no la comparto...)

Encuentro una habitación de la casa (bastante grande, debe de recorrer toda la colina en pasillos; algo así como lo hacen los gusanos) donde no hay muebles, ni colchones, ni nada, pero que con mi saco de dormir calentito es reconfortable y acogedora.

Antes de dormir puedo ver a Bilbo que dubitativo mira sus pies que cuelgan del colchón mientras escucha una triste canción que viene del salón.

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Este es mi primer fanfic, se nota en mi escritura. Mi idea es propia, no he copiado ha nadie, sólo he tomado el soporte y la imaginación de J.R.R. Tolkien y Peter Jackson, aunque para mí eso ya es mucho.
Si os ha gustado subiré más, y si no, también.

Hija de un rey (El Hobbit) Bilbo FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora