Beorn nos convida con un montón de comida para nuestro temprano viaje, bebida, animales, mantas, ropa e incluso sabios consejos que acepto de manera gustosa. Mis primos se acercan de vez en cuando para poder escuchar algunos consejos útiles: como trepar con más rapidez, cómo reconocer el agua potable, poder sobrevivir a las alucinaciones...
Los ponys nos seducen con sus alegres trotes y relinchos, y caminan felices hacia su amo que responde con caricias.
Con una sonrisa, veo cómo se acerca Gandalf. Beorn termina de hablar con el istari y yo me aparto para ver cómo Bilbo se sube en el pony que compartiremos. Una enorme mano se apoya en mi hombro: Beorn pide que me quede unos segundos más.
— Liberad a los ponys antes de entrar en el bosque.
— Tienes mi palabra —un cuervo alterado grazna y vuela por el cielo. Los dos hombres se giran serios (Gandalf vuelve a dejar ver cierto terror en sus ojos)—. Nos vigilan.
— Sí. Los orcos no se dan por vencidos. Os perseguirán hasta acabar con todos los enanos.
Miro aterrada el vuelo del pájaro y pregunto.
— ¿ Por qué?
—Hay una alianza entre los orcos de Moria y el hechicero de Dol Guldur.
La respuesta no termina de tranquilizarme pero callo.
— ¿Estás seguro?
— Las manadas se reúnen allí—señala aproximadamente Dol Guldur (digo aproximadamente porque no soy experta en geografía)—. Cada día son más y más...
— ¿Qué sabes de ese hechicero al que llaman el Nigromante?
— Sé que no es lo que parece. Montones de seres malignos están a su merced, Azog le rinde pleitesía.
— ¡Eurielle, Gandalf! No perdamos tiempo —mi padre está (como de costumbre desde que empezó este maldito viaje) vigilándome y ante mi momentáneo momento de terror ha decidido actuar.
— Hay más: no hace mucho aseguraron que habían visto a muertos caminando en los Páramos de Rhudaur.
— ¿Muertos?¿Estás seguro Beorn?
— Es cierto. ¿Acaso hay tumbas en esas montañas?
— Sí, hay tumbas allí arriba.
— Recuerdo un tiempo en el que un gran mal gobernó estas tierras. Lo bastante poderoso para resucitar a los muertos... Si ese mal ha regresado a la Tierra Media, deberías decírmelo.
Gandalf me mira serio y rehuye de la mirada de Beorn. Suspira con fuerza y con una sonrisa responde.
— Saruman el Blanco dice que no es posible, que el enemigo fue destruido y que jamás volverá.
— ¿Y que dice Gandalf el gris?
Gandalf miraba aún más asustado en la lejanía.
— Creo que en estos asuntos no soy necesaria... —me giro hacia los ojos miel y hago una pequeña reverencia—. Muchas gracias por todos los servicios prestados señor cambia-pieles
— Eres bienvenida siempre que lo necesites. Pocos enanos admiran mis creaciones,como tú ayer mi ajedrez y mi silla—me sonrojo y él susurra—. También he visto que tienes un ligero miedo a los animales y podré ayudarte en eso.
Inclino la cabeza agradecida y contrariada ante ese comentario. Subo al pony junto a Bilbo y miramos hacia atrás, viendo la casa de Beorn por última vez.
Nos terminamos de preparar y revisamos todas las pertenencias. Un cuervo grazna más cerca y me alerto.
— Marchaos, aprovechad la luz. Quienes os persiguen no andan muy lejos.
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Hija de un rey (El Hobbit) Bilbo Fanfic
De TodoLa historia de un Bilbo Bolsón, un poco cambiada. Soy Eurielle, pero me llaman cariñosamente Riel. Fíli, Kíli, Dwalin, Balin, Oin, Gloin, Dori, Ori, Nori, Bifur, Bofur, Bombur son los enanos compatriotas que me acompañan en la aventura para reclamar...