Tras organizarnos e intentar recuperar algunas armas (algo que nos es imposible, tras explicarnos el hobbit que no hay más tiempo que el necesario para escapar), caminamos tras los silenciosos pasos del mediano. Bilbo nos conduce por caminos directos y sin dudar en ningún momento mientras que comienzo a ver que solo descendemos.
Llegamos a las bodegas. En la enorme sala se pueden ver unas paredes repletas de barriles (tanto vacíos como llenos) y a dos elfos borrachos que duermen sobre una mesa alta.
Bilbo frena en los últimos peldaños y hace una señal para que continuemos por el camino mientras él revisa la retaguardia.
— No puede ser. Estamos en las bodegas —Kíli susurra refunfuñando, dirigiéndose al resto de la compañía que aún esta bajando las escasas escaleras restantes.
— Para esto mejor que nos hubieras dejado donde estábamos —Bofur se acerca demasiado a Bilbo, está muy mosqueado y le agarro del brazo mandándolo callar.
—Sé lo que hago —pero Bofur ya no le presta atención y es él quien manda callar.
Continuamos avanzando hasta que llegamos a estar frente a unos barriles vacíos colocados en forma de pirámide. Bilbo los señala mientras echa nerviosas miradas a la entrada (donde comienzan a sonar gritos en élfico que hacen que los borrachos se desperecen lentamente).
—Escuchad, meteos en los barriles.
—¿Estás loco?—Balin se acerca al mediano—. Nos encontrarán.
— No, no que va. Os lo prometo. Por favor, a ver, tenéis que confiar en mí —nervioso busca el apoyo en mi padre.
Bilbo me mira sutilmente y me introduzco en el primer barril que encuentro e intento ponerme cómoda.
—Hacedle caso —y dicho esto todos los enanos me imitan.
Los enanos que están primeros se colocan en la fila más cercana al suelo, con mucha más facilidad que los que necesitan ayuda para subirse en los superiores.
Bilbo se acerca y nos cuenta, comprobando que estamos todos dentro de un barril. Sonriente me lanza una mirada y se dirige hacia una palanca que está cerca.
Bofur extrañado se asoma por el extremo de su barril.
— ¿Y ahora qué?
— Aguantad la respiración.
Extrañada, presiono mi cuerpo e intento buscar algo a lo que aferrarme sin terminar con astillas, mientras cojo aire.
Un sonido seco se convierte en un montón de cuchicheos de la madera, que comienza a inclinarse haciendo que los barriles rueden uno sobre otro y caigamos por el vacío hasta escuchar un chapoteo. El fuerte impacto contra el agua hace que suelte un pequeño gritito que nadie más escucha.
El barril se hunde, se coloca en vertical y con cierta estabilidad, me permito mirar a mi alrededor. Estamos en un río subterráneo, con suficiente profundidad para que nos podamos ahogar. Un aire gélido proviene de la gruta y emana del río con corriente. Comenzamos a desplazarnos por el recorrido del río.
— ¿Dónde está Bilbo? —miro a Thorin que como respuesta coloca sus brazos y nos frena.
Aguardamos en silencio. Vuelven a sonar los engranajes de la plataforma y un minúsculo barril cae.
Al fijarme, veo que en realidad el señor Bolsón a caído en plancha, sin la protección de la madera y veo como sale del agua con el cuerpo titiritando por la temperatura.
Remo con los brazos y le tiendo la mano a Bilbo, que se aferra con fuerza a los bordes del barril.
—Buen trabajo señor Bolsón —Thorin aparta sus manos de los laterales y se gira para ver el recorrido movidito que nos espera.
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Hija de un rey (El Hobbit) Bilbo Fanfic
RandomLa historia de un Bilbo Bolsón, un poco cambiada. Soy Eurielle, pero me llaman cariñosamente Riel. Fíli, Kíli, Dwalin, Balin, Oin, Gloin, Dori, Ori, Nori, Bifur, Bofur, Bombur son los enanos compatriotas que me acompañan en la aventura para reclamar...