Capítulo 2

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Me he despertado antes de que el sol apareciese gracias a los ronquidos de Bombur (alguien a quien quiero mucho, salvo para compartir los sueños y comida). Me he revuelto los pelos, he frotado los ojos y me he quedado unos instantes embobada recordando que soy quien soy.

Tras esos instantes de desembobamiento  he recogido el saco de dormir y me he arreglado (porque aunque sea una princesa no quiere significar que no de vueltas dormida en la cama mientras que babeo. Líbrese esto de comentarios y pensamientos dañinos para cualquier mente).

Para terminar de despertar necesito tomar algo de aire que me libere de la sensación de estar aplastada completamente por la tierra y tras recoger la mochila con todas mis cosas me encamino por los pasillos hacia el exterior, teniendo que marchar por la sala en la que todos los enanos duermen.

Al entrar no puedo remediar observar que mi padre duerme en el mejor lugar (puesto que es el rey excusa con la que se respalda la mayoría de las veces). Mis primos duermen siempre a su lado, creando una vista agradable de ver, en la que sus caras están llenas de babas y pelos revueltos. 

Con pies ligeros paseo por la habitación, dándome cuenta de lo familiares que somos. Dori, Ori y Nori (hermanos) duermen juntos, mientras que al otro lado de la sala se encuentran Bifur, Bofur y Bombur (hermanos también; el trío que más ronca de todos), Balin y Dwalin (¿adivináis?: hermanos) están junto a Thorin, Fíli y Kíli (Thorin, mi padre, es el tío de Fíli y Kíli, que a su vez son mis primos. ¿A que no es tan difícil).  Al girarme veo a Oin y Gloin (más de lo mismo...) que están abrazados a colgantes con fotos de sus familiares respectivos: son sus amuletos. La figura de Gandalf brilla por su ausencia, por lo que intuyo que habrá marchado a por cosas que necesitaba para el viaje.

En resumen, soy la única persona despierta.

Marcho a ver a los ponys (animales de gran confianza a que no merecen menosprecio por su tamaño)  y me paro a pensar en lo difícil que será el camino como no logre dormir algún día. Espero conseguir  conciliar el sueño en algún momento, será algo de vital importancia. 

Pasa el tiempo y sigo mirando el paisaje tan acogedor, donde veo unos escasos árboles pequeños pero con grandes copas. Hay madrugadores hobbits dispuestos a hacer tareas con una gran sonrisa, caminos que llevan a distintos lugares, pero que no se adentran en ningún lugar fuera de lo conocido. Y en ese momento en el que mis ojos se están cerrando mi querida compañía decide que es el momento adecuado para comenzar.

El hobbit dejó clara su postura ayer y ahora tendremos que dejar todo como estaba, aunque sabiendo que soy la más educada, a excepción de Ori y Balin, me tocará recoger.

Entro y me encuentro con todos despiertos, con lo necesario en lo hombros y las capuchas puestas. Aunque, para mi sorpresa, todo está como nos lo encontramos ayer. Parece que no quieren que el señor Bolsón tenga una mala impresión de nuestra raza.

— Thorin — delante de la gente prefería no mostrar mi relación con mi padre—. Deja aquí el contrato, que al menos se acuerde de que los enanos hemos estado aquí. 

Reacio, mi padre lo ha dejado y mientras trotamos por las praderas verdes por la primavera me doy cuenta de que va a ser más complicado toda la misión de lo que esperaba y no solo como algo físico, sino que también psíquico.

Balin, al verme tensa, ha decidido comenzar a cantar, y con suerte no ha sido una de las tristes típicas de mi pueblo. No vamos con prisas, por ello llevamos un ritmo lento y gran alegría en nuestros corazones pensando en el tesoro.

El tesoro será repartido en catorce partes, puesto que mi padre y yo compartiremos nuestra fortuna. Más adelante la haremos más grande y nuestros descendientes serán los que hereden cada una de las monedas.

Hija de un rey (El Hobbit) Bilbo FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora