Suenan tambores de guerra.
Siento mi cuerpo en tensión y miro el juego de luces que causa un fuego en el interior de la torreta del Pico del Cuervo.
Comienzo a caminar por el hielo, guiada por una extraña sensación de agonía. Necesito adelantarme y llegar a tiempo: ver el fuego que juega conmigo. Cuando llego a los pies de la torre escucho unos bufidos y a un enano gruñendo. Siento el trote de una docena de orcos y levanto la cabeza. Allí, a lo lejos, veo a Azog arrastrando a Fíli.
Me siento impotente y al volver a bajar la mirada veo el terror de Kíli. Él no se mueve y espera que algo ocurra. En otro momento yo también lo hubiera hecho, pero ahora tengo la necesidad de salir corriendo.
— Yo me encargo de él—recuerdo nuestra promesa, la de cuidarnos entre nosotros, y vuelvo la cabeza para gritar al moreno—. No salgas Kíli.
Corro por las escaleras y me guío por el griterío de los orcos ante el discurso de su líder. Subo agarrando con fuerza un par de dagas, preparada para los lanzamientos.
Al llegar a la zona superior una capa de niebla cubre los tres primeros cuerpos. Muevo el brazo y con dos movimientos están inconscientes en el suelo. Continúo hasta los dos siguientes y tras dejarlos inconscientes siento un fuerte golpe en el estómago. Me giro enrabietada y me terminan de aprisionar. Me obligan a ponerme de rodillas y veo la espalda de Azog.
Fíli esta sujeto del pelo, amenazado con la cuchilla en su espalda y con dos orcos agarrándole e impidiendo que se escape.
He derribado a tres, otros tres me aguantan y a Fíli le sujetan dos, además de Azog. El resto de la docena, simplemente sonríe y mira el espectáculo.
— ¡¡¡Fíli!!! —Thorin grita en la lejanía.
Comprendo que no llegan a verme gracias a la niebla e intento resistirme todo lo posible.
Escucho una parte del discurso del Profanador en su lengua y siento un nudo en el estómago.
— Este morirá primero—siento mi cuerpo en tensión cuando Azog aparta a Fíli, dejándolo fuera de la torre—. Luego el hermano, detrás tu princesita—me señala con su nueva prótesis—. Luego tú, Escudo de Roble—doy un golpe seco en el estómago al orco de mi derecha, arrastro la pierna derrumbando al de atrás y con un cabezazo dejo inconsciente al de la izquierda. Me incorporo y corro hacia el Profanador—. Tú morirás el último.
— ¡¡¡Marchaos!!! —lo voy a conseguir, voy a llegar. Solo una zancada más—. Corred.
Uno de los orcos me golpea y yo simplemente lo aparto. Tengo que llegar. Me retienen y yo grito. Busco la espada... ¡La espada! ¡¿Dónde narices la tengo cuando más la necesito?! La consigo desenvainar y llego al lado de Azog.
— No te atrevas... No lo hagas—el pálido sonríe y yo levanto la espada a la altura de su cuello—. No te muevas. ¡¡¡Trae a mi primo a la torre!!! ¡Dale dignidad y permítete luchar de manera justa!—lo acerca a tierra y lo suelta con un golpe a tierra.
Suelto una de mis dagas y se la lanzo para que esté disponible. El Profanador hace un gesto con la cabeza y los tres orcos están sobre nosotros. Consigo quitármelos de encima y Fíli, con movimientos limpios, termina con ellos.
Cuando me giro para cargar contra Azog, el orco no está. Me giro y veo su mirada azul brillando fugazmente. Cierro los ojos con temor a que me haga algo y al abrirlos veo que agarra a mi primo. Siento miedo y me acerco, él aprieta el cuello con su espada y decido soltar la espada y dejar las manos al descubierto.
Termina de lanzarme una sonrisa y luego corta el cuello de Fíli. Su cuerpo cae con fuerza al suelo.
Caigo con él y escondo mi cara. Con la mano busco mi arma. Envaino la espada y me acerco al cuerpo de mi primo, hasta que su cabeza está sobre mis muslos.
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Hija de un rey (El Hobbit) Bilbo Fanfic
RandomLa historia de un Bilbo Bolsón, un poco cambiada. Soy Eurielle, pero me llaman cariñosamente Riel. Fíli, Kíli, Dwalin, Balin, Oin, Gloin, Dori, Ori, Nori, Bifur, Bofur, Bombur son los enanos compatriotas que me acompañan en la aventura para reclamar...