Capítulo 14

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Todo es tan estúpido y real... ¿Real? No, no lo es: no puede serlo. Intento despertar pero no lo consigo. Debería poder abrir los ojos ¿o es que acaso no es un sueño?

La duda desaparece al recibir un fuerte golpe en la cara que termina de despejar mi mente. Abro los ojos confusa y miro la escena, que continúa siendo borrosa.

— Buena bofetada tío, Riel parece que reacciona.  

Eso agrava mi confusión. Con un mosque (no voy a decir que ligero), intento ponerme en pie. Una mano tosca me empuja y me obliga a quedarme tumbada.

— Tú no te mueves de aquí hasta que venga el curandero.

Miro confusa a mi alrededor.

— ¿Alguien me puede decir qué narices está pasando?

— Deberías de ser tú, Eurielle, la que nos diese explicaciones —la voz de Bilbo suena por mi cabeza y me doy cuenta de que está sujetando mi cabeza—. Nosotros estábamos preocupados... y encima nos saltas con ese despertar.

— Lo siento Bilbo. Es que... no comprendo nada. Y para colmo, veo que os habéis dedicado a darme puñetazos en la cara.

Pongo mi mano en la mejilla y miro a Kíli (él es el único que hubiese felicitado a Thorin por la torta que me he llevado)

— Eh... que los únicos que han golpeado han sido Bilbo y tu padre. Deja de mirar mal a Kíli.

— Pero si le he escuchado decir: "buena bofetada tío".

Baja la mano y mira con una sonrisa maliciosa al moreno.

— No respondías... Y no podemos desperdiciar el agua de nuestras cantimploras en echártelo a la cara. 

Asiento y veo cómo se acercan cuatro enanos: Oin, Balin, Dwalin y Thorin. Kíli, Fíli y Bilbo se marchan y tras unas pruebas, me permiten sentarme.

— Balin, ¿habéis conseguido que Bombur despierte?

— No, aún no. Pero pensamos que lo único que le ha pasado ha sido lo mismo que a ti (sólo que a él le durará más el efecto al haber estado directamente en el agua).

Descansamos durante lo que queda de día. Me permiten algo de tranquilidad para cambiarme las prendas mojadas (aunque mis primos están en la cercanía por si llegase a ocurrir algo... menuda seguridad...).

Volvemos al campamento y comenzamos a preparar la cena. Sentados alrededor de un agobiante fuego, discutimos que haremos con el pesado enano y sus pertenencias.

— ¿Qué haremos entonces? No se despierta y es por el problema de aquel agua. Su cuerpo es muy pesado.

— Puede que, al no comer mientras duerme, adelgace y podamos llevarle mejor.

Doy una patada a Kíli mientras me río y vuelvo a ponerme seria. Estamos discutiendo Bilbo, mis primos, Dwalin y mi padre. El resto está ocupado.

— No queda otra. Tenemos que continuar. Lo cargareis Fíli,  Kíli,  Dwalin y tú (si es que te sientes en condiciones) . Vuestras mochilas las llevarán Oin,  y Bofur.  El resto de la compañía seguimos con nuestras tareas y seguimos el camino. Ori ya ha hecho junto con su hermano una fuerte hamaca donde le llevaréis. 

Descansamos el resto de la noche. No he visto la Luna desde hace mucho tiempo y vuelvo a sentir aquel agobio propio de este bosque maldito. Los enanos comienzan a bostezar y marchan a sus sacos calentitos. La guardia la deberían de hacer Fíli y Bilbo, pero no puedo dormir (siento que volveré a quedar prisionera y no podré volver a abrir los ojos) y me uno a ellos.

Hija de un rey (El Hobbit) Bilbo FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora