Hemos estado caminando bastante tiempo y hemos llegado a las montañas. Estoy junto a mis primos Fíli y Kíli, y detrás mía se encuentra Bilbo. La persona que lidera nuestra caminata es Balin, pues conoce la ruta que seguimos, seguido de Thorin y Dwalin.
El tiempo nos ha acompañado de buena manera hasta llegar a la ladera de esta montaña, donde ha comenzado a llover a cántaros. Por suerte, me he abrigado un poco más y al ver el cielo revuelto nos hemos colocado nuestras capuchas que, aunque ayudan a parar el agua, no son cómodas ni muy útiles al recibir la lluvia en la cara con fuerza gracias al viento.
La Luna, en vez de salir y saludarnos, ha sido tapada por unas nubes grotescas de color desagradable. El viento, agradable en alguna ocasión, ahora se torna arisco e incluso da la sensación da arrancar piel. Unos truenos nos atemorizan (o al menos a mí y a Bilbo) mientras continuamos por una estrecha senda que cada vez va siendo más fina y tenemos que tener pies ligeros y ojos agudos.
Todos hemos resbalado alguna vez, pero hemos tenido buena compañía capaz de agarrarnos rápidamente. La persona que más cerca ha estado de perder la vida en más de una vez a sido Bilbo. Ha llegado un momento en el que estaba agarrada a él por miedo a perderle y con suerte no ha habido ningún desastre.
Es muy común que gritemos algún "¡cuidado!" o "¡atentos!", pero en ningún momento lo han dicho Dwalin ni Ori, por lo que me sorprende escucharles gritar a pleno pulmón y nos ponemos todos alerta.
Una enorme roca pasa por nuestro lado e impacta contra la montaña con un gran estruendo. Me agarro con mayor fuerza a Bilbo (temo por todas las vidas de la compañía pero me toca protegerle ahora a él). Tras el susto analizo la situación: no es muy normal que un gran bloque de piedra maciza se suelte sola con ese tipo de trayectoria. Intento abrir los ojos todo lo que puedo, manteniendo una batalla contra la molesta lluvia.
— No es una tormenta de truenos — Balin está atemorizado y le tiembla la voz—. ¡Es una batalla de truenos! Mirad —señala hacia la montaña que está frente a donde nos encontramos.
Un enorme cuerpo con características grotescas hecho de piedra, nacido de la ladera de las montañas, se levanta y rompe un pedazo de roca sin vida y lo lanza muy cerca de nosotros. Intentamos refugiarnos bajo los pequeños sobresalientes, excepto Bofur que asombrado sale y grita.
— No me lo puedo creer. Las leyendas son ciertas —Bofur, como buen insensato, necio, suicida... se asoma fuera de la pequeña protección que tenemos en la ladera—. ¡Gigantes! Gigantes de piedra.
— Refúgiate ahora mismo tonto —mi voz hace eco por todos lados y consigo que Dwalin lo empuje hacia nuestro refugio improvisado.
De todo el sonido de la noche (que no se asemeja en absoluto a aquella tan tranquilizadora cerca de Bolsón Cerrado) un sonido de trueno multiplicado por tres resuena desde el interior de la montaña que estamos escalando. Me giro y entre Fíli y Kíli se está haciendo una enorme brecha que acaba separándoles.
Cuesta imaginar en que parte del gigante estamos, puesto que aunque tengan un aspecto humano, no termina de ser detallado. Según mi parecer estamos en la rodillas de uno de los gigantes de piedra. Kíli esta junto a Bofur, Bilbo (no he conseguido que salte a tiempo), Bombur, Dwalin y Ori. El resto esta junto a mi, y doy gracias a que está mi padre conmigo, porque estoy más aterrada que nunca.
Nos agarramos a todo lo que podemos, aunque nos haga daño, pero el abismo es enorme y nuestro miedo también. El gigante recibe un golpe nada más levantarse y en ese momento la pierna en la que estamos, se acerca al otro lado del sendero.
— Papá, ¡salta ahora! —el miedo que tengo hace que le llame así en público, y no me importa.
Saltamos todos, yo antes que Fíli y ambos a salvo. Oin, Gloin, Balin y los demás, en una zona que no se levanta a pelear, estamos algo más relajados pero pendientes a todo lo que le sucede al resto, con el corazón en las manos. El gigante donde están el resto ha recibido otro golpe enorme y sus piernas chocan junto a la pared continua a nuestra senda.
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Hija de un rey (El Hobbit) Bilbo Fanfic
RandomLa historia de un Bilbo Bolsón, un poco cambiada. Soy Eurielle, pero me llaman cariñosamente Riel. Fíli, Kíli, Dwalin, Balin, Oin, Gloin, Dori, Ori, Nori, Bifur, Bofur, Bombur son los enanos compatriotas que me acompañan en la aventura para reclamar...