Capítulo 13

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Me duele un poco la cabeza, me incorporo lentamente hasta quedar sentada mientras pienso en que estoy haciendo con mi vida

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Me duele un poco la cabeza, me incorporo lentamente hasta quedar sentada mientras pienso en que estoy haciendo con mi vida.

Voy al baño a lavarme la cara, el agua fría hace que despierte un poco más y cuando por fin estoy lo suficientemente despierta reviso mi celular. Es el medio día y apenas voy a baja a desayunar.

Veo a mi madre sentada en un sillón viendo una revista de moda junto a mi padre que esta leyendo el periódico.

—Hasta que nos honras con tu presencia— padre es el primero en notarme.

—Primera fiesta Hidalgo a la que asistes y parece que te fue bien.

Asiento, —Estuvo bien, madre.

—Me alegro, hay pasta, puedes decirle a Alejandra que la caliente o lo haces tú.

—Sí, gracias.

En la cocina  me caliento la pasta y me siento a comerla en la barra. 

Mientras como medito lo que paso ayer, llegue a la fiesta, estuve platicando con los chicos y Raquel, me bese con Marco, jugamos Yo nunca he, Samy empezó a llorar, se enojo con Ares, Ares se enojo conmigo y se termino la fiesta. Ahora estoy con más dudas que respuestas.

¿Por qué lloro Samy?

Gregory me observa subiendo y bajando sus cejas, —Yo nunca he guardado en secreto mi enamoramiento por alguien que esta en este circulo.

Se a que viene eso, el piensa que estoy enamorada de Marco y aunque es mentira, con mala gana bebo ya que mi pequeño enamoramiento por Ares es secreto y para mi sorpresa el también bebe.

Samy parece pensar rápidamente, en unos segundos de repente se para de su asiento sorprendiendo a todos, —¡Vaya mierda!

Compartimos miradas entre todos, —¿Qué?— preguntamos varios al unísono.

—Es hora de irme— le lanza una mirada de desaprobación a Ares y comienza a secarse.

Ares también bebió porque acosa a alguien y antes de eso me vio.

—¿Acaso no soy lo suficientemente maduro para ti?

—Oye, tú tienes algo con Samy y con Raquel, eso prueba que no te gustan las relaciones serias.

—No tengo nada con ninguna de las dos.

—Pues felicidades.

Frunce las cejas, —Es que para ti nada es suficiente.

—¿De qué hablas?— mi confusión es real y tal vez sí esta conversación la estuviéramos teniendo sobrios ya hubiera entendido todo.

—Te digo que ya lo tengo nada con nadie y solo dice "Pues felicidades".

Intentos fallidos (Ares Hidalgo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora