Malena Ross, vecina de los Hidalgo, Ares siempre a intentado llevarse bien con ella pero todos sus intentos han sido fallidos, hasta que le pide ayuda a su hermano menor y eso resulta en un lío con su otra vecina.
Fanfic del libro A través de mi ven...
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—Despierta— siento unos golpecitos en mi hombro, —Despierta, Lena.
Poco a poco comienzo a abrir los ojos, Marco esta arrodillado en la cama, —Vamos a desayunar, Lena, despiértate.
Me incorporo en la cama tallándome los ojos, sigo con la ropa que tenia ayer y los recuerdos de la noche anterior no tardaron en aparecer.
—¿Y Maya?— pregunte al no verla en la cama.
—Fue a la cocina— Asentí como respuesta.
—Toma, es algo de ropa que has dejado aquí— me dio un short de mezclilla y una sudadera roja, —Toma un baño.
—Gracias.
Mi amigo salió de su cuarto y esa fue mi señal para tomar una ducha, me puse la ropa que me dio, mientras cepillaba mi cabello me puse a pensar en todo y en nada a la vez.
Quería hablar con Ares, una parte de mi espera que solo sea un mal entendido, mientras que la otra parte estaba empezando a hacerse la idea que las cosas entre los dos se habían jodido.
Baje a la sala en donde Luis, Gregory, Marco, Andrea y Maya me recibieron con cara de odiar su vida.
—Se ven del asco— todos voltearon a verme.
—Gracias/ Que linda/ Siempre tan amorosa/ Me veo del asco/ Guarda silencio, linda— se escucharon.
—¿Ya nos vamos?— pregunte.
—Falta Ares— hablo Luis.
—Y la chica vomito— Andrea hizo una mueca de asco.
Me senté a esperar junto a Maya, a los pocos minutos Raquel que traía ropa de Marco bajo por las escaleras con Ares siguiéndola.
Solo de pensar que durmieron juntos me hizo sentir mal.
—Por fin— Luis se pone de pie, —Estoy muriendo de hambre.
Gregory los voltea a ver, —Buenos días, dormilona.
Raquel lo saluda con la mano, —Hola.
Marco rueda los ojos, —Vámonos— dice y para por su lado para ir a la puerta.
Me subo al auto de Marco junto con Maya.
—Deja de pensar en eso— mi mejor amigo decide romper el silencio.
—No estoy pensando en eso— mentí.
Lo que siguió de camino fue silencioso, me concentré en mirar por la ventana.
Al llegar al restaurante el lugar está lleno, nos sentamos en una de las mesas más grandes, a mis lados están Marco y Gregory, del otro lado Luis, Raquel y Ares, por último a los costados de la mesa se encuentran Maya y Andrea.