Capítulo 4

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Hoy es viernes, me desperté temprano ya que tengo que acompañar a mis padres a la empresa para ayudarles en algunos asuntos

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Hoy es viernes, me desperté temprano ya que tengo que acompañar a mis padres a la empresa para ayudarles en algunos asuntos. Cuando termine de desayunar ensalada de frutas, café y galletas nos fuimos a la empresa.

Llegamos y ahora estamos en la oficina de mi padre trabajando. A veces les ayudo, según ellos así me preparo para cuando realmente trabaje y algún día dirija la empresa. Y aunque tal vez pensaran que me están presionando para estudiar negocios o algo relacionado, están equivocados, ellos siempre me han dicho que mi futuro es mío y solo yo puedo decidir que hacer con el. Pero la verdad sí me gustaría trabajar en la empresa familiar.

—¿Qué quieren pedir para comer?— dice mi mamá luego de entrar a la oficina, hemos estado toda la mañana y parte de la tarde trabajando.

—Una hamburguesa no estaría nada mal.

—Sí, a mi también se me antoja— mi papá acepta mi sugerencia.

—¿Y tú mamá quieres eso o no?

—Me parece bien, le voy a decir a Betty que las pida— asentimos y ella vuelve a salir de la oficina.

Por el resto de la tarde solo comimos y trabajamos hasta que terminamos. Regresamos a casa y como estaba demasiado cansada fui directo a mi cuarto, cuando entre vi que mi mesita de noche estaba un poco diferente a como la había dejado, tal vez soy paranoica pero juro que mis lentes estaban arriba del libro y no a un lado.

Me puse la pijama para estar cómoda, me quede viendo Gilmore Girls y sin darme cuenta ya estaba en un profundo sueño, por fin descansando o eso creí hasta que escuche como tocaban la ventana, me pare y fui directo a ver quien era.

Ahí se encontraba, la persona que menos quería ver en el mundo, la persona que juro algún día que me haga molestar tanto voy a matar. Ares Hidalgo tocaba la ventana para que le abriera, tenia una sonrisa de lado como si no me hubiera despertado.

—Ya se te esta haciendo costumbre despertarme en la madrugada—abrí la ventana y el entro a mi cuarto.

—¿Estabas dormida?— hizo cara triste burlándose de mí.

—Son las 2 de la madrugada, a esta hora la mayoría dormimos, deberías intentarlo.

—Sí, no creo— con toda la confianza del mundo se fue adentrando más hasta llegar a la cama y sentarse en una orilla.

Nos quedamos mirando por unos minutos hasta que hable —¿Qué es lo que quieres?

—Quiero que me des la clave de tu Wifi.

—No. Se supone que ya tienes la de Raquel.

—Hubo un mal entendido y la cambio, así que necesito la tuya.

—Lastima, yo no te daré la contraseña.

—Oh claro que lo harás o tus padres se enteraran de lo que sucedió en el bar de Artemis— parece que lo disfruta el idiota.

Intentos fallidos (Ares Hidalgo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora