Genshin Impact "Future Ends"

03. 1/2 - Horror

#9400D3

Siempre me pregunte, ¿a que deberíamos tenerle miedo?

Con la respiración agitada, el cabello desordenado, ropa sucia, y el creciente temor en todo su ser, La Joven Astróloga Mona Megistus se hallaba recostada en el suelo de su ahora desordenada casa, los libros tirados en medio de la sala parecían fundirse con los trastes, ollas y platos que convertían la sala principal en un campo de guerra.

La joven estaba en un estado deplorable, no había dormido en días y debido a su auto impuesto encierro casi no había comido bocado alguno, lo que explicaría el cansancio y mareo que en primera instancia la hizo colapsar en medio de su incesante búsqueda de repuestas.

¿Cuántos días pasó encerrada? Alejada de todas las personas que ella creía fervientemente, fueron tomadas bajo su influencia.

Al intentar reincorporarse, fue golpeada por la fatiga extrema que debilitó sus músculos, casi cayendo nuevamente antes de sujetarse a la mesa donde se hallaba su sombrero y la pila de libros que aún no se precipitaron al suelo después de su casi desmayo.

Levantó la mirada para observar su habitación y la imagen de un lugar en ruinas la hizo suspirar de formar desanimada.

Todo esto es su culpa pensó para sí misma un poco irritada, mientras buscaba su sombrero, procedía a tomarlo con sus débiles manos, limpiando un poco el ala y lo colocó en su cabeza dando una leve sonrisa.

El recuerdo aún persistente en su mente la hizo estremecer, la realidad era bastante aterradora, miro sus manos con un tono pálido y las apretó buscando algo de valor, necesitaba ser fuerte, pero la verdad es que estaba ya harta de todo esto, cansada de intentar huir, de escapar de él.

Mientras procedió a respirar hondo intentando calmarse, volvió a fijar su vista en los libros que aun no había revisado, ¿Dónde los encontró? Oh claro, los robos de la biblioteca de Favonius, del estante de la Tianquan e hizo tratos demasiado grotesco que le costaron hasta la última mora con personas de baja calaña, eso sí nunca les ofreció nada más y cualquier insinuación de otra índole fue recibida por una muestra magistral de sus habilidades y poder que los volverían débiles ante su presencia.

Todo esto con la finalidad de encontrar una forma de confrontar la verdadera naturaleza del viajero estelar conocido como Aether y su misión en Teyvat.

La imagen del joven chico llego a su mente, rememorando su primer encuentro así como la actitud serena y calmada que poseía, recordó su "linda" sonrisa y la alegría desbordante que la hacía experimentar sentimientos que nunca tuvo con nadie. En aquel entonces le parecía un joven bastante agradable, fuerte y sobre todo apuesto.

Su cabello dorado brillaba con la luz del sol, su larga trenza lo hacia ver imponente mientras se balanceaba con gracia en los combates, el lindo mechón en su cabeza que por mas que intento peinar no pudo. El rostro redondo, con ojos grandes y soñolientos parecían observarla con una mirada profunda donde a veces fantaseaba poder perderse.

Siempre le parecía algo extraña la vestimenta de su amigo, la coraza marrón sobre la parte superior de su cuerpo cubierta por una bufanda blanca y una capa de dos colas lo hacía ver de una naturaleza exótica combinado con sus pantalones marrones, guantes y botas negras.

La gente solía burlarse de su vientre descubierto pero al viajero parecía no importarle, y a ella le parecía de lo mas atractivo aún más cuando le lanzaba miradas indiscretas y podía distinguir leves pectorales algo definidos. Aquello sin lugar a dudas, la hacía sonrojar en ciertas ocasiones.

En aquel entonces, dio una leve sonrisa cuando el joven aceptó ser su asistente en el gran viaje que emprendió en búsqueda del aprendiz de Alice, la rival de su maestra. Y pese a lo decepcionada que pudo haber estado en primer lugar, al ser recibido por una pequeña niña obsesionada con las explosiones, para sus adentres, estaba más que maravillada cuando decidió quedarse en la ciudad de la libertad; y poder acompañar al viajero y su hada durante su estadía en Monstandt.